En las próximas elecciones municipales, la incógnita principal será el destino de la votación juvenil, entendiendo por tal al universo de más de 2 millones de ciudadanos mayores de 18 años que no estaban inscritos en los registros electorales.
Los optimistas dirán que esos millones de jóvenes podrían desbalancear el sistema electoral y todo el sistema político inclinándose en favor de los cambios estructurales que reclaman los líderes juveniles más lúcidos. Los pesimistas dirán que lo más probable es que la gran mayoría de los jóvenes, hastiados con la política actual y sus espectáculos poco dignificantes, no irán a votar o producirán un aumento del voto nulo.
Los realistas pensamos que ese voto juvenil pendiente, el de los jóvenes que confirmaron domicilio para ir a votar, van a empujar efectivamente el carro político hacia los cambios, pero que la conciencia política también se reparte swegún el espectro de partidos y tendencias políticas actualmente existentes.
El próximo 30 de julio se cumplen tres plazos importantes para el proceso electoral municipal:
Vencimiento del plazo para formalización de pactos y subpactos electorales, en forma previa a la declaración de candidaturas, la que deberá incluir además el nombramiento del Administrador General Electoral de cada partido político. Arts. 3 y 3 bis, Ley N° 18.700, Art. 110 y 153 inciso segundo, Ley N° 18.695 y Art. 32, Ley N° 19.884.
Vencimiento de plazo para declaración de candidaturas a alcaldes y concejales, acompañado por una declaración jurada del candidato. Arts. 107, 108, 109 y 153 inciso 2º, Ley Nº 18.695, Arts. 3, 3 bis, 4, 5 y 7, Ley Nº 18.700, y Art. 30, Ley N° 19.884.
Comienzo del período de campaña electoral el cual termina el día de la elección. Art. 3, Ley Nº 19.884 (exceptuase la propaganda electoral indicada en los artículos 30 y 32 de la Ley Nº 18.700).
Pero más allá de fechas y de normas legales, la cuestión principal sigue siendo cómo van a votar esos nuevos contingentes de jóvenes, la mayoría de ellos estudiantes secundarios y universitarios. Para responder esta pregunta, necesitamos poner el voto juvenil en un contexto social y político actual. En efecto, ante un escenario de creciente movilización social y política de los jóvenes (secundarios y universitarios), en un cuadro de repolitización de los jovenes y de sus organizaciones, evidentemente que el voto juvenil puede tener una considerable incidencia en los resultados, si los jóvenes se dedicen a participar. Por el contrario, si la gran masa de votación potencial juvenil no se pronuncia ni vota, esa será también una fuerte señal de alerta de la clase política en función de las siguientes elecciones parlamentarias y presidenciales.
Para entender la política de esta época, hay que asumir que los jovenes de esta generación, están haciendo política, están pensando políticamente, saben lo que quieren y reclaman, están conscientes que su opinión puede influir en la política, están aprendiendo intensamente cómo hacer política y por lo tanto, la tendencia general que se manifestará en los siguientes dos años hacia adelante en nuestro país, será de una creciente intervención y protagonismo político de los jovenes.
Santiago de Chile, 13 de julio 2012
Crónica Digital