Con picos y palas en lugar de violines y saxofones, Brasil enfrentará hoy a Alemania en la primera semifinal de la Copa del Mundo de fútbol, obligado a ganar bajo cualquier estilo para impedir el luto nacional.
Ni por asomo la selección de Brasil es la referencia en el mundo del fútbol, la generación actual del Scratch echa abajo todo el paradigma histórico del Jogo Bonito y renuncia, como dicen sus propios jugadores, a brindar espectáculo.
Tenemos que respetar todo de Alemania, por la forma que juega. Pero no podemos cambiar la manera de jugar. Tenemos una manera definida y con ello debemos crear dificultades al rival. Tenemos un patrón de juego y eso es lo que nos ha llevado hasta aquí. Respetamos, pero nos haremos también respetar, declaró el entrenador de la canarinha Luiz Felipe Scolari.
El gran problema de Felipao será suplir a su gran solista, Neymar (lesionado), el único jugador del equipo dotado con un talento superior, de los elegidos para marcar época, de esos que por desgracia no abundan hoy en Brasil.
La baja de Neymar es importante, es un partido muy importante. Por nuestro país, por nuestra cultura. Por todo lo que soñamos. No está Neymar y esa situación está superada. Somos un grupo y saldrá otro jugador, señaló Scolari, un tipo carismático pero últimamente sumido en un nerviosismo evidente.
El técnico de la canarinha dijo además que «será un partido muy difícil, ha habido que luchar mucho para llegar a semifinales. Se han quedado en el camino selecciones que han sido campeonas del mundo. Tenemos un objetivo que es llegar a jugar la final en casa».
La disposición táctica del estratega brasileño propone un fútbol rígido, asfixiante, de conservadoras precauciones defensivas, marcado por grandes cargas de presión y trabajo físico en el centro del campo, y, sobre todas las cosas, cero florituras (aquel que añore el Jogo Bonito de antaño pues lo seguirá extrañando porque ahora no emergerá).
Aunque para muchos expertos este es el peor equipo brasileño desde 1938, la realidad demuestra que es bastante competitivo, de otra manera hubiera quedado eliminado en el camino y estaríamos hablando de otro protagonista en esta semifinal.
Hoy, el Scratch contará con millones de torcedores en todo el país que soltarán la vida en cada jugada y pitarán cualquier acción de los panzers alemanes, un equipo compacto de punta a cabo, favorito en las apuestas para ganar este desafío, programado para las 17:00 hora local, en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
Además de Neymar, los brasileños tendrán otra baja extremadamente sensible, ya que su capitán y líder de la zaga Thiago Silva estará inhabilitado para el partido por acumulación de tarjetas amarillas.
Según José Mourinho, ese polémico, pintoresco y sabio entrenador portugués, la ausencia de Silva será más significativa que la de Neymar, porque los pentacampeones basan su juego en la solidez de la estructura defensiva (exactamente lo opuesto a los equipos Brasil que encandilaron al mundo con su juego ofensivo, alegre, mágico y combinativo).
Para suplir a Thiago Silva, Felipao otorgará la titularidad a Dante, un ejemplar zaguero central pero sin mucha jerarquía en la canarinha para poner orden marcial en una defensa que estará conformada además por Marcelo, Maicon y David Luiz, el hombre de moda por estos días.
Los brasileños deberán explotar al máximo su condición de local en este partido, segundo contra Alemania en la historia de las copas mundiales.
El único antecedente entre ambas naciones data de 2002, cuando los suramericanos vencieron 2-0 a la Mannschaft en la gran final de la cita del orbe de Surcorea y Japón, con doblete de Ronaldo Luís Nazário de Lima «el Fenómeno».
Este duelo semifinal de hoy, que pondrá ocho títulos sobre la grama del estadio Mineirao, cinco de los suramericanos y tres de la Mannschaft, tendrá una expectación aparte, porque el alemán Miroslav Klose pudiera quedar como máximo goleador histórico en copas del mundo si lograra marcar un gol (actualmente está empatado con Ronaldo en el primer lugar, ambos con 15 dianas).
Llegó la hora cero para Brasil, los fantasmas del Maracanazo asechan dramáticamente y Alemania está presta a resucitarlos, se palpa la tensión en todo el país, el Scratch deberá demostrar de que está hecho.
Por Yasiel Cancio Vilar, enviado especial
Belo Horizonte, Brasil, 8 julio 2014
Crónica Digital / PL
