Palabras sin filo, mucho respeto de ambas partes, pero detrás del telón la realidad es otra: Alemania quiere reeditar su papel de bestia negra y Argentina convertirse en domador en la Copa Mundial de Fútbol.
En 2006, la Mannschaft derrotó a los albicelestes en la lotería de los penales en cuartos de final de la Copa FIFA efectuada en tierras germanas. Luego, en Sudáfrica 2010, vino la goleada sorprendente 4-0 a la escuadra sudamericana.
La diferencia ahora es que el duelo se da en la gran final. Antes en esta instancia, la Argentina de Diego Maradona se impuso a Alemania en México 1986 3-2 en un vibrante encuentro, y después, en Italia 1990, los teutones fueron ganadores 1-0.
Los argentinos no sólo tienen a Messi y saben defenderse mucho mejor ahora; será un choque muy reñido, pero creo que estamos preparados para obtener la victoria, declaró el preparador de los alemanes, Joachim Low.
Low sabe de qué está hecha la Mannsachaft. No es un elenco de individualidades, aunque le sobran jugadores destacados y muchos en el máximo nivel de las ligas europes. Sin embargo, su signo distintivo es el sentido colectivo.
Toni Kroos es la estrella del mediocampo teutón, con el respaldo de Sami Khedira y el apoyo crucial de Bastian Schweinsteiger en la contención. La manija, intermitente, es Mesut Ozil y el ataque de Thomas Muller es incisivo.
Puede que llegue Miroslav Klose, el líder histórico en goles en Copas del Mundo con 16, o el meteoro Andre Schurrle, que en pocos minutos ya tiene 3 anotaciones en este torneo.
La marca, seguramente en rotación, del genio Lionel Messi, y la inspiración del capitán Philipp Lahm como clave en la la salida desde defensa al lado de Boateng, Howedes, Hummels o Mertesacker. Y con Neuer en el arco, es un bastión.
Enfrente, en efecto, además de Messi, Angel Di María si se recupera, y también Enzo Pérez, Gonzalo Higuaín, Ezequiel Lavezzi, el comandante del medio campo, Javier Mascherano, y el hermético Ezequiel Garay en la defensa.
A estas horas mañana domingo, ya tendremos el campeón del orbe que ocupará el lugar de España en los próximos cuatro años.
Por Michel Dalí
Río de Janeiro, 12 julio 2014
Crónica Digital / PL
