El sistema educacional chileno actual está fracasado. Diversos estudios confirman el diagnóstico, no se puede defender lo indefendible, no se puede ejemplificar con las excepciones, porque estas confirman la regla, en síntesis, la manera de concebir el espacio educativo, no sirve a los estudiantes, tampoco retribuye el esfuerzo de los padres, los únicos beneficiados con el actual esquema, son los sostenedores.
Incluso las instituciones que exhiben con orgullo sus grandes resultados, no pueden esconder la realidad, en Chile existe hoy un 44 % de analfabetismo funcional, en la comprensión de textos, un 42% en documentos y un 51% en temas cuantitativos. Si a ello se suma que un 84% de los chilenos no entiende lo que lee y que un 65% por ciento de las personas con estudios profesionales tiene dificultades en entender documentos sencillos y de ellos un 27% se encuentran catalogados como analfabetos funcionales, ninguna institución educacional chilena, puede salir bien parada y pretender lavarse las manos, la fuente de los datos es ya conocida, pertenecen al Centro de Micro-datos de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. En su trabajo de investigación sobre Estudio de Competencias Básicas de la Población Adulta.
El estudio compara los resultados de los años 1998 y 2013 y nos muestra que los avances son mínimos, ubicando al 80% de la población chilena por debajo de las competencias básicas que necesita un adulto para poder desempeñarse en la vida laboral. ¿Quiénes eran los encuestados de 1998? Los hijos del proceso de municipalización, de las políticas restrictivas de la dictadura y de los inicios del proceso democrático. Los resultados del año 2013, son la consecuencia de las correcciones impuestas por las políticas de los gobiernos de La Concertación -para sorpresa de todos- no existen avances significativos.
El derecho de los padres
La organización que agrupa a los padres y apoderados de colegios particulares subvencionados CONFEPA. Ha dicho que la reforma educacional es un experimento que se quiere realizar con nuestros hijos y tienen razón, cuando se ha experimentado de manera traumática, en áreas tan sensibles como la educación, las soluciones deben ser radicales, el ejemplo lo tenemos ante nuestros ojos, cuando la dictadura experimentó con nuestra niñez y juventud, los resultados funestos del experimento privatizador, lo seguimos pagando todos los chilenos, incluso los intentos correctivos de los gobiernos democráticos no han podido surtir efecto, entre muchas de las medidas ensayadas, se encuentra el copago, el incentivo de la competencia, el de fomentar la demanda y sin embargo, no pasa nada.
En el sistema educativo actual, la educación pública fue barrida y es un espectro. La municipalización y los colegios particulares subvencionados, con los recursos del Estado, son el ejemplo más brutal y desolador de “Transantiago social” que podemos imaginar.
No se puede reconstruir la educación pública de manera digna y efectiva, mientras los recursos del Estado, se escabullan en las inversiones de los privados. Más grave aún, los resultados de todas las mediciones que se realizan, son tan paupérrimos que la única imagen posible es la de estar sobre una micro sin chofer, ni lugar de destino, pero cegados por el terror de bajarnos, porque el camino puede ser pedregoso.
El proceso de discusión está abierto, en otros tiempos no tuvimos ninguna oportunidad de manifestar alguna discordancia, los que pretenden defender el derecho de elección de los padres, se les olvida que guardaron silencio o avalaron la disposición que destruyó, de punta a cabo, las bases del Estado docente, sino pregunten al senador Coloma.
La única libertad que dicen tener, es la de seleccionar de acuerdo al bolsillo, y no se dan cuenta que quiénes están eligiendo son los sostenedores, ellos son los que escogen el tipo de familia, al que desean entregar su “servicio”. Si yo pudiera elegir, me gustaría que mi hija estudiara en uno de estos colegios, el http://www.saintgeorge.cl/ o el http://www.nido.cl/. Pero el bolsillo no alcanza, créanme que ellos si eligen, nosotros los ciudadanos comunes y corrientes nos adaptamos a lo que podemos pagar.
La hora del terror
La campaña del terror elaborada por los sostenedores, de diversos colegios a nivel nacional, con el fin de torpedear cualquier intento de refundación de la educación pública, es vergonzosa, le temen al reconocimiento de la educación como un derecho social; donde la calidad, es un camino que los colegios particulares subvencionados (e incluso muchos particulares a secas) están lejos de lograr, obviamente que para la nueva estructura pública, si es posible construirla, será un desafío.
Basta de mentirnos, el pequeño grupo de privilegiados, ni siquiera nos alcanza para lucirlo como muestra de estadística, a lo único que los padres deben temer es a pagar por una educación deficitaria, inconsistente. Los chilenos no podemos seguir subvencionando, un modelo que exhibe estos resultados.
El Transantiago es un virus que carcome día a día a los habitantes de a pie, el modelo educativo vigente es mucho más peligroso, juega con las esperanzas y expectativas, de miles de niños y jóvenes de nuestra patria, somos cómplices del asesinato premeditado del alma de miles de ellos. Los educadores saben que muchos de los buenos egresados, no podrían estudiar pedagogía, en los países de la OCDE porque no tienen las habilidades, ni los conocimientos necesarios. En realidad, no podrían acceder a ninguna carrera de nivel superior, esa es nuestra realidad.
Tenemos la oportunidad de discutir una reforma profunda y necesaria, todos gozamos del derecho a levantar nuestra voz y defender nuestros intereses, eso es parte del juego democrático, pero lo que no se puede es seguir avalando, una educación hecha por negociantes mediocres.
Tengo una hija de nueve años, reconozco mi temor al futuro, sin embargo me acompañan algunas certezas, para desenvolverse en la sociedad que le toque vivir, tendrá que tener muchas más habilidades y conocimientos de los que imaginé; sé que deberá dominar al terminar su enseñanza media o como se llame, al menos dos idiomas, estoy seguro que necesitará un manejo tecnológico avanzado. Sé que sin el cultivo de habilidades blandas, como capacidad de liderazgo, creatividad, sentido grupal y con vacíos en las destrezas lógicas y matemáticas, tendrá muy pocas oportunidades de desarrollarse y proyectarse en su vida personal. Esas exigencias de futuro, la ausente educación pública, hoy no la puede asegurar, la particular subvencionada tampoco y solo algunos colegios particulares, pueden cumplir con esos retos.
En este cruel escenario, hay padres que insisten en defender un modelo de enseñanza, cuyo único fin, es alimentar a los productores de zombis culturales y sociales.
Por Omar Cid, Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 28 de agosto 2014
Crónica Digital