Una guerra muchas veces difícil de explicar y todavía de entender, más aun cuando ya lo hemos vivido todo, las guerras mundiales, el holocausto, el Apartheid en Sudáfrica, las dictaduras, el colonialismo, pero seguimos espectadores eternos de La Franja de Gaza, que por suerte está dando un respiro y esperando que ahora la tregua sea indefinida, para una zona azotada por conflictos religiosos, culturales, étnicos y hegemónicos desde hace unos 3 mil años.
Y siempre están aquellos que entregan y van más allá que sus convicciones, en este caso, me llega al alma siendo periodista. Vittorio Arrigoni, reportero, cronista y activista por la paz, es uno más de miles de muertos que ha dejado La franja de Gaza, asesinado a sus 36 años en abril del 2011, después de haber sido secuestrado y torturado.
Gaza –seguimos siendo humanos, son las vivencias y las crónicas de Arrigoni que escribía para el periódico IL Manifiesto, correspondiente a los bombardeos a Gaza desde diciembre del 2008 hasta el 22 de enero del 2009. Sin saber ni una palabra en árabe fue capaz de llegar a una intimidad profunda con muchas personas y amigos en Gaza, apoyando la causa palestina siendo miembro del Movimiento Internacional de Solidaridad que trasladaba ayuda humanitaria a La Franja.
¿Tenéis presente cómo es Gaza? Cada casa se levanta encima de otra, cada edificio está apoyado sobre otro. Gaza es el lugar con mayor densidad habitacional del mundo, por lo que si bombardeas desde diez mil metros de altitud es inevitable que provoques una masacre de civiles. Cuando la aviación y la marina empiezan a bombardear, las únicas operaciones quirúrgicas son las de los médicos amputando miembros desgarrados a las víctimas sin un instante de pausa para reflexionar, aunque a menudo brazos y piernas podrían salvarse. Así comienza sus relatos Vittorio y prosigue: “Tanques, cazas, aviones teledirigidos, helicópteros Apache, el más grande y poderoso ejército del mundo en ataque feroz contra una población que se mueve todavía en burro, como en la época de Jesucristo”.
En gaza la harina vale oro y todo lo que esta franja de tierra necesita para vivir proviene de Egipto, pasado a través de los ya famosos túneles, esos que Israel ocupa de justificación para sus bombardeos y que por supuesto también bombardea, incluso según el relato de Arrigoni , (que anda siempre corriendo con sus dos armas: un celular y un notebook) hasta las ambulancia han sido el blanco de misiles israelitas.
Por su parte también los ataques a la prensa no han sido menores, ya que el edificio en el centro de Gaza que es sede de los principales medios de comunicación, Ruters, Fox New, Russia Today y muchas agencias locales y extranjeras, se ha visto atacado procediendo a su evacuación. Mientras nuestro reportero italiano insiste en quedarse en Gaza porque para él su presencia y la de muchos es esencial como testigo ocular de los crímenes.
“Está, efectivamente no es una guerra, porque no hay dos ejércitos enfrentándose en el campo de batalla: es un asedio unilateral dirigido por una de las fuerzas armadas más poderosas del mundo, seguramente de las más avanzadas en cuanto a tecnología militar, que ha atacado una mísera franja de tierra de 360 km2”.
En Gaza los funerales se han convertido en los ataques predilectos de la aviación israelita, fuera de la técnica más usada que es la de tirar una bomba, esperar por ayuda y volver a bombardear. Según las crónicas de Vittorio Arrigoni.
El barco Free Gaza Movement, proveniente de Chipre, ha intentado llevar al puerto de Gaza una tonelada de medicamentos, una cuarentena de médicos, enfermeros, periodistas, parlamentarios europeos, activistas pro derechos humanos, finalmente es interceptado por cuatro barcos de guerra israelíes. Lo que en su momento causó indignación en la población palestina y en el mundo, dando paso a una presión constante contra la Cruz Roja Internacional y la ONU de no hacer lo suficiente.
A esto hay que sumar la prohibición del cultivo y la pesca. Además que los bombardeos han destruido los sistemas de riego y decenas de hectáreas de cultivos, empobreciendo a la población y ahora viviendo prácticamente de la ayuda humanitaria.
Vittorio Arrigoni se mantuvo interrumpidamente más de un año en la Franja de Gaza, después de terminar cada artículo se despedía con la frase: “Seguimos siendo humanos”.
Palabras notables en este momento cuando La Franja de Gaza está en paz y un segundo convoy con 80 toneladas de insumos médicos llega a Gaza, por gentileza del Imán egipcio (persona que dirige la oración colectiva en el islam), de la mezquita de Al-Azhar. Y otras ayudas humanitarias que están realizando Marruecos y Venezuela.
En estos últimos 50 días fueron más de 2100 palestinos muertos, de los cuales el 70 % corresponde a víctimas civiles. Por su parte 64 soldados israelitas y tres civiles perdieron su vida, en una Franja de Gaza que pese a todo lo que pasa y pesa sobre ellos ahí, siguen siendo humanos.
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, 29 de agosto 2014