El sociólogo y académico Tomás Moulian nos presenta “Antes del Chile Actual, La Década del Sesenta”(Mutante Editores), una mirada a la historia político- electoral de los inagotables años “60, la cual se prolonga entre 1956 y 1970. Década que da origen al Frente de Acción Popular que agrupaba a toda la izquierda chilena y que a fines de 1969 se transformó en la Unidad Popular, la cual llevó a Salvador Allende al poder estrechamente con el 36,63 %. Sin embargo para el autor, las imperfecciones de las elecciones presidenciales, ya se venían dando en los comicios de 1942, 1946, 1958 y 1970, cuando ningún candidato obtuvo la mayoría y que según la Constitución de 1925 al no darse el resultado del 50% más uno, era el Congreso quien elegía entre las dos primeras mayoría, es así que un candidato podía ser presidente tan solo con el 31% del electorado como lo fue Jorge Alessandri, lo que en definitiva era insostenible para cualquier presidente.
Pero Moulian también plantea el problema del sufragio universal, cuando el presidente elegido por mayoría o en segunda vuelta no tienen la representatividad necesaria en el parlamento, lo que le acarrea dificultades para realizar su programa. “Entre 1937 y 1961 los partidos presidenciales no fueron capaces de proporcionarle mayoría al presidente. Este necesitaba desarrollar la capacidad de ampliar su base de apoyo, lo que solamente logró Jorge Alessandri en 1963”.
Por su parte señala que el periodo de Allende fue dramático por la dificultad de constituir mayorías y que pese a que en el inicio de su gobierno tuvo que enfrentar elecciones municipales, en las cuales la Unidad Popular bordeo el 50% lo que “elevó su legitimidad política pero no modificó la correlación de fuerzas en el parlamento”.
Los partidos políticos dice el sociólogo, eran instituciones muy importantes para nuestro sistema político y decisivas para los gobiernos, pero hace un alcance a las debilidades de estos. La ausencia de normas legales que los regulara, la diversidad en la forma de elección de los dirigentes, la poca participación del militante frente a los círculos de poder del Partido, la escasa especialización con bajo grado de profesionalismo, ya que funcionaban en base a trabajos voluntarios y el carácter ideologizado versus carácter ideológico-programático.
Hay dos hechos que pudieron cambiar el curso posterior de los acontecimientos que nos llevaron al 11 de septiembre de 1973. “El éxito del ibañismo pudo provocar la transformación del caudillismo en cesarismo, entrándose así en una fase de nacional- populismo. El éxito de la fórmula del alessandrismo habría permitido consolidar un camino conservador tecnocrático. Del fracaso de esas posibilidades surgieron los experimentos radicalizados de 1964 y 1970”, sostiene Tomás Moulian.
¿Por qué ganó Allende?, se pregunta y reflexiona al respecto, dando algunos antecedentes como el crecimiento explosivo de los votantes producido entre 1957 y 1970, producto de las reformas electorales y las migraciones del campo a la ciudad. Sumando a esto la organización del campesinado y los pobladores, llevada a cabo por el gobierno de Frei Montalva y que dio como resultado nuevos grupos de presión. Aquí aparecen novedosas formas de acción política, como la toma de sitios y campos. Moulian enfatiza que esta nueva fuerza en el sistema de negociación no fue una de las causas importantes de los resultados electorales de 1970. “Los resultados de 1970 no fueron el efecto de una muy importante izquierdización del voto; sino más bien de la repartición equilibrada de fuerzas entre el centro y la derecha. En realidad, en 1970 la izquierda obtuvo menos votos que en 1964 y sólo un 8% más que en 1958, resultado magro pues competían tres candidatos en vez de cinco”.
Según el autor la clave está en que el centro político logró mantener sus votos y sostiene que la derecha cometió errores de cálculo, ya que siempre vio como catastrófico si ganaba Allende. «El truinfo de Allende, visto de esta perpectiva, fue la resultante de un conjunto de decisiones que no eran únicas ni inevitables. Hubo una opción maximalista de la derecha, cegada por las duras luchas contra la reforma agraria y, en general, contra el clima reformista. Existió también el fracaso del centro para canalizar establemente la mayor parte (como en 1965) de la votación de orientación más conservadora”.
El triunfo de la revolución cubana va a marcar el clima cultural y político de América Latina y en el caso chileno, Moulian nos pone dos ejemplos de jóvenes dirigentes que recibieron ese impacto de la revolución; Miguel Enríquez y Rodrigo Ambrosio, quienes pretendían ser los líderes de una nueva política de izquierda que venía gestándose desde 1967 con el MIR Y los llamados “rebeldes” demócratas cristianos. “Es interesante constatar que el impacto de los sucesos de Cuba se sintió con mayor fuerza que en el Partido Comunista en una parte del Partido Socialista”, escribe el profesor Moulian, y agrega que los grandes cambios de la década del “60 los sufrió la Iglesia Católica, especialmente la relación entre marxismo y catolicismo.
Es interesante ver a demás, en el presente libro, la evolución teórica e histórica de los comunistas y socialistas, y el comportamiento que fueron desarrollando especialmente en el gobierno de Allende, al cual el autor lo denomina como “una coyuntura dramática”, donde con el poco poder de la UP dentro del sistema político, le era difícil desarrollar el programa de reformas, entonces, uso mecanismos que aumentaron las facultades presidenciales. Esto resultó en un comienzo, ya que se observaba una voluntad política de cumplir las promesas electorales, más al gobierno le fue relativamente bien en las elecciones municipales, lo que aumentó su legitimidad, pero no su capacidad de acción: “Se creía ingenuamente que lo que faltaba del poder estatal sería compensado con la combatividad de las masas”.
En definitiva, Tomás Moulian, nos da un acercamiento a los hechos históricos y a todo el comportamiento político de la década del “60, que si bien culmino en la alegría de un pueblo que vio en la figura de Salvador Allende el realizador de todos esos cambios, que la década no les había dado en lo económico, social y cultural, la nueva década del “70 siguió con los acontecimientos más trágicos a partir del 11 de septiembre de 1973, marcando los años que vendrían como los más oscuros de nuestra historia.
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, 21 de noviembre 2014
Estimado, gracias por el reportaje. Pregunta, ¿sabes donde es posible encontrar el texto?, lo he buscado en diversas librerías y nada… si tienes el dato te agradecería. Saludos