En la vida uno puede ir y venir, de un pensamiento a otro, de una teoría a otra, de un credo a otro, de una filosofía de vida a otra, de un amor a otro. Vivir con los menesterosos y después vivir con la opulencia, dedicar su vida a defender a los ambientalista y luego salir a quemar bosques. Somos seres con la capacidad única en el reino animal, de razonar, de discernir, de poder hacer la diferencia entre lo buen y lo malo. Somos así, cambiantes, poro no es obligación ser necesariamente cambiante, esta prerrogativa tan humana, que nos permite distinguir, que nos da opciones de buscar y rebuscar caminos diferentes, de un día para otro, ser, o dejar de ser, de un color político u otro. La vida es buena con nosotros los seres humanos, pero uno no puede abusar de lo que la vida nos ofrece.
Si hoy quise ir, mañana no puedo salir a decir que ir es lo peor del mundo y ponerme del lado de los que odian el ir, y que les gusta solo estar.Si hoy pienso en la teoría de la evolución, y la defiendo como el más Darwiniano de los Darwinianos y luego cambiarme a las teorías religiosas y decir que los evolucionistas son unos desgraciados que desconocen la existencia de dios, que están equivocados, que no hay más verdad, que la verdad religiosa.
Si hoy soy defensor de la filosofía hippy, mañana no puedo salir a decir que los hippies son una parvada de drogadictos, de chascones, de personas malas para bañarse, que crían a sus hijos sin educación formal, que son promiscuos, que son los nuevos nómadas asistemáticos que no pagan impuestos, que no aportan al crecimiento del país.
Si hoy amo a una mujer y esta me deja por otro, mañana no puedo salir a decir que las mujeres son unas pérdidas, unas verdaderas arpías, unas calientes que se meten con unos y otros sin importarles para nada los sentimiento, que son unas insensibles, que rompen corazones, que son la maldad disfrazada de dulzura, ternura, calidez, en fin una mentira absoluta.
Si un día, se me ablanda el corazón y me voy a vivir con los menesterosos, luego no puedo, decir que los pobres, son pobres porque son unos flojos, uno cochinos que viven en la mierda, que lo único que saben hacer, es inspirar lastima y que el estado los ayude para poder sobrevivir.
Si hoy voy con los ambientalistas, en grandes procesiones defendiendo el eco-sistema. Mañana no puedo decir que lo importante es tener grandes termoeléctricas o centrales nucleares, para poder vivir la vida de derroche de energía, de consumo ilimitado de electricidad en los domicilios, una calefacción de alto rendimiento todo el invierno, un sistema de aire acondicionado todo el verano, apoyar y defender a los grandes empresarios de la contaminación, PACUA LAMA, PUNTA ALCALDE, FREIRINA, ETC.
Si un día, Roberto Ampuero, decidiste vestirte de verde oliva, abrazar la revolución, vivir gratis en los países revolucionarios, pensar que el estado es el centro del universo, viajar y conocer el mundo, y mirarlo con ojos color verde oliva, al otro día no puedes salir a escupir en el plato en que comiste, no puedes sentarte a la mesa con aquellos que el día anterior te habrían escupido la cara, dictar grandes peroratas a aquellos que siguen pensando que el mejor izquierdista es el izquierdista muerto.
Hoy te vistes con CAMISA CELESTE, CORBATA AMARILLO REY, Y PANTALON BEIGE, o sea te vistes con ropaje ajeno. En realidad, ayer te vestiste con ropaje ajeno. Hoy te aplauden de pie por haber vuelto al rebaño de él que nunca debiste salir.
Por Miguel González Jara
Crónica Digital, 13 de diciembre 2014