Un grupo de científicos alemanes creó una mano robótica con sensibilidad humana al emplear una aleación de níquel-titanio, que tiene propiedades de memoria de forma, destacó hoy el sitio Amazings.
Stefan Seelecke y Filomena Simone, de la Universidad de Sarre (Saarland) en Alemania, y el Centro de Mecatrónica y Tecnología de Automatización, dotaron a la mano artificial de músculos hechos de cables muy delgados cuyo diámetro es parecido al de un cabello humano y que pueden contraerse y relajarse.
Hasta ahora las manos robóticas eran muy pesadas, caras y complejas, y además dependían de motores o neumáticos. El prototipo de los alemanes puede funcionar sin equipamiento adicional, lo que las hace ligeras, flexibles y muy adaptables.
La densidad de energía de esos cables les permite llevar a cabo movimientos poderosos en espacios restringidos.
El término memoria de forma se refiere al hecho de que el cable es capaz de «recordar» su forma y regresar a su forma original predeterminada después de haber sido deformado, por ejemplo al calentarse por la electricidad se contrae como un músculo.
Otra ventaja de usar cables metálicos con memoria de forma es que la mano artificial puede reaccionar de una manera natural (como una mano humana) cuando alguien interviene mientras lleva a cabo un movimiento en particular.
Un chip semiconductor controla los movimientos relativos de los cables hechos de la aleación de níquel-titanio, lo que favorece movimientos precisos de la mano y de sus dedos.
Berlín, 18 abril 2015
Crónica Digital / PL
