oco más de 48 horas fueron más que suficientes para dejar varios pueblos fantasmas en el sur de Chile, concretamente en la hermosa región de Los Lagos donde el volcán Calbuco tiene en vilo a la población.
Aunque el último pulso del volcán ha perdido energía paulatinamente, los niveles de peligrosidad se mantienen, remarcó hoy el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
Asimismo, los expertos enfatizaron que el Calbuco, situado a unos mil kilómetros al sur de Santiago, no ha terminado sus erupciones y pudiera tener una actividad más agresiva en cualquier momento.
Lo que más quisiéramos todos es terminar con la alarma y que todo vuelva a la normalidad, pero sería muy irresponsable de nuestra parte hacer, comentó el geólogo Pablo Ruíz, de la Universidad de Chile.
Una gruesa columna de material piroclástico se pudo visualizar con la más reciente explosión, con cenizas que los vientos arrastras hacia el lado argentino en la provincia de Bariloche.
Las consecuencias hasta ahora de la catástrofe son difíciles de contabilizar, aunque son evidentes los daños devastadores a viviendas en el poblado de Ensenada y otros cercanos, campos y ganado vacuno en una zona eminentemente lechera.
Los agricultores advirtieron que el ganado puede sufrir envenenamiento por comer las cenizas expulsadas por el volcán. La cosechas quedaron anegadas por 40 o 50 centímetros del material particulado del volcán.
Piedras de notable tamaño se disparaban como proyectiles calientes a 15 kilómetros del Calbuco, provocando el pánico y la desolación de una zona de extraordinaria belleza natural y con gran afluencia de turistas.
El macizo de Calbuco se ubica apenas a cinco kilómetros de Ensenada y a unos mil kilómetros al sur de esta capital pero a diferencia de otro que provocó el pánico en marzo, el Villarrica, parece más en actividad.
Esta suerte de invasión volcánica llegó hasta Chillán, 600 kilómetros al norte del Calbuco, y una ciudad turística como Pucón, a 300 kilómetros, también recibió su parte.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, logró ayer llegar a la zona acompañada de los ministros de Salud, Economía, Agricultura, con el objetivo de evaluar la situación y «adoptar las medidas que sean necesarias».
Nuevas evacuaciones tuvieron lugar hoy ante el deshielo y la desintegración de la nieve en un área colmada de lagos y ríos caudalosos. Al menos siete mil personas debieron abandonar sus hogares desde el miércoles a la fecha.
Santiago de Chile, 25 de abril 2015
Crónica Digital / PL