Como era natural los familiares de Augusto Pinochet y sus asociados en la dictadura militar, violadores, genocidas, torturadores, empresarios y políticos “coludidos” de ChileVamos, la nueva fachada de la derecha tradicional chilena, golpista y antidemocrática, conmemoraron este 25 de Noviembre de 2015 el centenario del nacimiento de su “héroe”, una de las figuras más execrables de la historia del país.
Obviamente no se trata de un mero hecho anecdótico.
El sentido profundo de la reivindicación del dictador se inscribe en medio de la crisis moral y política que vive la derecha chilena, que espera convertir las elecciones municipales próximas en una primera batalla hacia La Moneda y desarrolla una agresiva estrategia en la que no se oculta su afán regresivo, de frustrar y hacer retroceder las reformas, desestabilizar el país, agrietar la institucionalidad y atentar contra la propia democracia.
No son casuales ni ingenuas tampoco las invocaciones a “sus camaradas de las FFAA y de Orden”, que según reza uno de los “obituarios” publicado el día 25 en El Mercurio, “lograron vencer la adversidad, obteniendo el desarrollo de Chile en su integridad”.
Mucho menos puede pasar desapercibida la defensa del dictador y sus crímenes, hecha editorialmente en el mismo matutino por el propagandista del tirano, Gonzalo Rojas, que insiste en la justificación del golpe de 1973, afirmando en que fue “el pueblo de Chile, que mayoritariamente pidió a sus FF.AA. que el proyecto allendista fuera derribado”.
El articulista pretende-desconociendo toda evidencia histórica y los documentos develados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos- que fueron “todos los chilenos, civiles y militares, que pidieron, apoyaron, trabajaron, defendieron o al menos votaron por el gobierno militar”.
Pero todo esto podría ser materia de una polémica coyuntural si no pusiéramos la debida atención en el escenario en que se desarrollan determinadas estrategias.
Lo primero que no se puede minimizar el significado político de que un grupo de individuos, militares en retiro organizados y unificados en todo el país, empresarios influyentes en sus círculos gremiales y activistas políticos del pinochetismo, rindan homenaje al genocida.
Evidentemente no es un simple acto emocional.
El coronel en retiro , Cristián Labbe, ex alcalde de Ñuñoa, militante de la derechista Unión Democrática Independiente, UDI, no es precisamente un hombre de corazón sensible y sintetiza el vinculo entre la Derecha política- que hoy quisiera blanquearse y ser “políticamente correctos” y hasta lamentarse de lo que aun denomina “excesos”, con los viejos estandartes golpistas de los 70.
Sin duda hay razones para recordar a Pinochet.
No solo por la barbarie de sus torturadores, violadores y asesinos, sino que sobre todo por los factores objetivos que condujeron a la tiranía y la violación de los Derechos Humanos, a los crímenes contra la humanidad. No solo por los responsables políticos que lo instalaron en el poder, y los que adoctrinaron en las escuelas del Pentágono a las Fuerzas Armadas en la sedición y la violación de la democracia y en la Doctrina de la Seguridad Nacional y financiaron y organizaron la conjura.
Muchos de estos, personajes y factores, siguen actuando en el escenario chileno. Y sería bueno estar atentos a sus movimientos.
Pero sobre todo es bueno recordar, a los responsables políticos que instalaron a Pinochet en el poder, lo sustentaron durante su dictadura, lo apoyaron desde el poder del dinero y la doctrina de libre mercado, pero también a los que miraron para el lado o cerraron sus ojos y callaron de manera cómplice, y avalaron, la sedición y la violencia golpista.
Chile tuvo que pagar con miles de muertos, decenas de miles de prisioneros políticos, torturados, exiliados perseguidos, el hecho de que muchos que hoy visten de demócratas, o actúan como tales, no pusieron (inicialmente, por lo menos) ningún empeño en la defensa de la democracia y en la unidad de los demócratas.
En pleno siglo 21, nuevamente los poderes económicos y las elites empresariales y políticas, los “fácticos”, sacan las garras y amenazan, con demagogia o con argumentos y armas del arsenal de la guerra sicológica, el porvenir democrático chileno.
La corrupción, la delincuencia de cuello y corbata o no, el narcotráfico, los atentados incendiarios y la virulencia verbal y el sabotaje buscan generar, a través de su monopolio de los medios y un mensaje comunicacional articulado para ello, terror, inseguridad, y desestabilización de la institucionalidad.
Se trata de un caldo de cultivo para pasar a otros niveles superiores de conflicto, en que en un libreto ejecutado por los que buscan cosechar tempestades, justifique el autoritarismo, la tolerancia cero, o el sacar a los militares a las calles, “como en los buenos viejos tiempos” de Pinochet.
El llamado no puede ser otro que aprender la lección de los 70, del 73 y de los 19 años de dictadura, el rol de la unidad de los demócratas en las coyunturas de conflicto o en la complejidad del escenario, el no dejarse engatusar con los cantos de sirena de una parte de la Derecha, no caer en la tentación del aventurerismo.
El rol de la unidad de los demócratas es una lección que necesita ser recordada siempre, para no dejarle- como desgraciadamente sucedió en 1973- la iniciativa a los enemigos de la democracia.
En definitiva, recordar a Pinochet es necesario, pero sobre todo para aprender de la historia. Pinochet no surgió de otro planeta ni fue un acto fallido de la Divinidad.
Fue un monstruo nacido y criado en Chile.
Es justo recordar a nuestros muertos. Es un deber con la historia y una obligación moral con nuestro pueblo. Recordar para defender la democracia.
Pero recordar y conmemorar es claramente insuficiente. Necesitamos de un actuar consecuente y responsable, en defensa de la institucionalidad democrática. Aprender de la historia.
El momento demanda a los demócratas un compromiso de cohesión, unidad, respeto mutuo, y responsabilidad con el país y su futuro y con la democracia.
Por Marcel Garcés Muñoz
Director de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 27 de noviembre 2015
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