Expertos crean método para liberar de forma segura bacterias modificadas genéticamente en distintos ambientes, destacó hoy la revista Noticias de la Ciencia y la Tecnología.
Esos microorganismos podrían viajar a lo largo del cuerpo humano, diagnosticando e incluso tratando infecciones, aunque también podrían emplearse para monitorear toxinas en ríos o para mejorar la fertilización de diferentes cultivos.
Pero antes de ser soltadas los científicos necesitaban evitar que escaparan hacia entornos no controlados donde podrían desarrollarse y causar daños, y para lograrlo, el equipo de Clement Chan y James Collins, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, desarrolló medidas de seguridad.
«Lo hicieron en forma de dos «botones rojos», que pueden causar la muerte a las bacterias sintéticas si escapan fuera del lugar que tengan asignado», destacó el texto.
Uno de esos botones es un componente de una cepa bacteriana que necesita sustancias externas para evitar que toxinas que se expresan continuamente maten a la célula.
«El interruptor se inspiró en los llamados frenos del hombre muerto que se hicieron populares en los trenes. Ese mecanismo de seguridad ferroviario precisa que un conductor esté en contacto constante con un pedal o palanca para que el vehículo se mueva hacia adelante», puntualizó Chan.
El otro medio de protección, en cambio, actúa como una puerta lógica que precisa una combinación específica de varias entradas químicas para permitir que las bacterias modificadas genéticamente sobrevivan y proliferen.
«El conmutador consiste en una serie de factores de transcripción modulares que contienen dominios separados para detectar pequeñas moléculas (las entradas) y para regular la expresión genética», explicó Collins.
Según la revista, mezclando y haciendo coincidir estos dominios funcionales, los investigadores pueden construir factores de transcripción híbridos en los que diferentes señales de pequeñas moléculas se conectadas al control de un promotor específico para la expresión genética.
«Si los factores detectan que está presente la combinación molecular correcta en el entorno, entonces las bacterias sobrevivirían. Si no es así el interruptor provoca la muerte de la bacteria», subrayó el experto.
Washington, 15 diciembre 2015
Crónica Digital / PL
