Insoslayable en la vida de Chile, orgullo nacional pese al interés de la derecha de minimizarlo por sus convicciones políticas, Pablo Neruda cuenta ahora con una elegante ruta patrimonial en Temuco, en la Araucanía.
Con vehemencia y entusiasmo, el ministro de Bienes Nacionales de Chile, Víctor Osorio, contó en exclusiva con Prensa Latina los pormenores de la ruta en la cual se combinan inmuebles, tradiciones y temas alrededor de la impronta del vate.
Osorio recordó que la cartera que dirige ya cuenta con 65 espacios de este tipo en el país austral, en un proceso de ampliación y crecimiento a partir de minuciosas investigaciones para rescatar tesoros de la cultura nacional.
Lo nuevo, en cierto modo, es la Casa Museo Pablo Neruda, adquirida por el Gobierno hace poco a un precio de alrededor de 400 millones de pesos (poco más de medio millón de dólares), en un esfuerzo por completar la ruta de Temuco.
«Aunque Neruda nació en Parral, gran parte de su infancia y adolescencia la pasó en Temuco, a donde fue a vivir con su padre (la madre había fallecido), que era un trabajador ferroviario», comentó el secretario de Estado.
En Temuco emergió como ciudadano universal y poeta, fue donde labró su camino hacia el futuro, acotó al responder a otra pregunta de Prensa Latina.
El ministro chileno argumentó la relevancia de constituir esta ruta patrimonial no solo de sitios arquitectónicos o urbanísticos, sino también en prácticas populares y otros elementos.
«Incluimos por supuesto el Museo Nacional Ferroviario, porque el padre de Neruda era maquinista, así que nuestro Premio Nobel de Literatura desarrolló parte de su vida en el ambiente de los trenes», precisó.
Osorio resaltó el gran esfuerzo adelantado para configurar una ruta que cuenta con unos 18 hitos y en la cual se procede a la instalación de señaléticas.
Abarca el Museo Nacional Ferroviario Pablo Neruda; la futura Casa Museo Pablo Neruda; Feria Pinto; Estación de Ferrocarriles
Iglesia Corazón de María; Placa Recordatoria; Mirador, La patagua y los Chemamul; y la Escuela Agrícola.
De Canto General, unas reflexiones de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto (Neruda) sobre Temuco:
Lo primero que vi fueron árboles, barrancas
decoradas con flores de salvaje hermosura,
húmedo territorio, bosques que se incendiaban
y el invierno detrás del mundo, desbordado.
Mi infancia son zapatos mojados, troncos rotos
caídos en la selva, devorados por lianas
y escarabajos, dulces días sobre la avena,
y la barba dorada de mi padre saliendo
hacia la majestad de los ferrocarriles»
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 20 de enero 2016
Crónica Digital / PL