En la quinta jornada del Seminario Permanente sobre Educación Superior organizado por la U. de Chile y las universidades del Estado, el académico francés Jean-Luc Nahel promovió el rol de las universidades públicas a la hora de llevar el conocimiento al conjunto de la ciudadanía. Además aseguró que «la gratuidad hace que las personas tengan libertad de desarrollarse».
Una nueva jornada del «Seminario Permanente: Una mirada internacional a la Educación Superior» se desarrolló este martes en la Facultad de Derecho, ocasión en la que Jean-Luc Nahel, ex rector de la Universidad de Rouen y actual Consejero de Relaciones Internacionales de la Conferencia de Presidentes de las Universidades Francesas, expuso sobre el desarrollo histórico de la educación superior francesa y sobre la última reforma que se está implementando en este ámbito.
En la actividad participaron el Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, junto al Rector de la Universiad de Antofagasta, Luis Loyola, y el Rector de la Universidad de La Frontera, Sergio Bravo. Junto con ellos estuvieron el vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional, Enrique Manzur, el decano de la Facultad de Derecho, Davor Harasic, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Roberto Aceituno, y el director de Relaciones Internacionales, Eduardo Vera.
El profesor Nahel explicó las principales características del sistema de educación superior de su país, resaltando que las 73 universidades que conforman el sistema público son estatales -existiendo sólo 4 instituciones privadas católicas-, que cuentan con autonomía administrativa y que junto con cobrar bajos aranceles y recibir donaciones, se financian principalmente por el presupuesto que les asigna el Estado.
Sus bajos aranceles -de sólo 300 dólares anuales- y altos fondos estatales se deben, aseguró, a la herencia que dejó la revolución francesa. «Si un joven tiene las capacidades para estudiar y obtener un diploma es normal que el Estado le asegure la posibilidad de ir a la universidad, teniendo las mismas posibilidades que cualquier otra persona. Esto está en la base de nuestros principios republicanos: libertad, igualdad y fraternidad», remarcó.
Además, sobre la gratuidad señaló que sentenció que esta «garantiza que cada cerebro y que todos los que nacen tengan el derecho a desarrollarse y tener una oportunidad de educación. La educación tiene que ser gratuita. Es terrible que por no tener dinero no se puedan desarrollar los talentos e independiente de si son más talentosos para una cosa u otra, la gratuidad hace que las personas tengan la libertad de desarrollarse».
Junto con ello, Nahel destacó la reorganización que vivieron las instituciones estatales luego de la última reforma, la que agrupó a las mencionadas universidades junto a 20 Grandes Escuelas de Ingeniería también estatales en 26 Comunidades Universitarias establecidas sobre bases territoriales, con el objetivo de coordinar la oferta formativa y las estrategias de investigación, entre otros.
El Rector Vivaldi valoró positivamente la posibilidad de conocer la experiencia francesa, en particular en temáticas como la autonomía universitaria. «La idea de la autonomía suele interesadamente restringirse a una autonomía respecto del Estado, que en la historia de Chile siempre estuvo marcada por el respeto hacia las instituciones. Nosotros nunca vimos en el Estado una amenaza, no así de las otras fuentes de financiamiento que realmente son una amenaza, en la medida en que pueden influir en la calidad o autonomía real que la institución tenga».
Además, la máxima autoridad universitaria recalcó que la necesidad de cambiar un paradigma que «creyó equivocadamente que si las universidades competían y eran rivales, iban a mejorar, cosa que resultó equivocada, por el criterio de la cooperación y colaboración».
Los académicos Nolfa Ibáñez, directora del Doctorado en Educación de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) e integrante del Observatorio de la Educación Superior del CUECh, y Ernesto Águila, director del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, comentaron la presentación de Nahel e hicieron un contraste con el debate que se sostiene en el país respecto a la reforma planteada por el gobierno.
La profesora Ibáñez observó que la propuesta del gobierno está permeado «por la desconfianza del Estado hacia sus universidades, lo que se combina con una invisibilización de los procesos de autoregulación de estas instituciones».
Por su parte el director Águila puso en duda que el Estado retome su responsabilidad hacia sus instituciones «si no hay una reconstrucción del Estado como un ente que asume en grado importante ciertos valores comunes a la sociedad chilena y un proyecto nacional que le da sentido a sus universidades».
Investigación con mirada de largo plazo
Consultado por el rol que las instituciones públicas deben cumplir en la sociedad actual, el representante de las universidades francesas aseguró que deben «llevar el conocimiento en sus diferentes formas: científico, filosófico, humanista, a la mayor cantidad de ciudadanos», entregándoles además a los jóvenes la posibilidad de encontrar un trabajo que los satisfaga.
Respecto a los efectos que la búsqueda de la excelencia sobre las universidades, Nahel advirtió de los riesgos que conlleva el generar diferenciaciones extremas en cuanto a la calidad del trabajo académico. «Si uno busca tanta competencia y excelencia puede dejar de lado gente que es muy buena aunque no tenga alta calificación», aseguró.
Junto con esto, recordó que en materias como la investigación no se puede fijar estándares basados en el corto plazo. «No podemos ser estrictamente utilitaristas. Por ejemplo en la investigación en matemática o física se puede trabajar durante 10 años sin resultados ni aplicaciones tecnológicas, pero bruscamente podemos tener un descubrimiento fundamental», arguyó Nahel.
Santiago de Chile, 28 de julio 2016
Crónica Digital / uchile.cl