Canciones emblemáticas, boleros y danza adornaron una hermosa gala en esta capital, donde Cuba y Chile fusionaron sus lazos culturales para celebrar el Día de la Rebeldía Nacional en la isla caribeña.
La gesta del asalto al cuartel Moncada, en su 63 aniversario, ocupó un lugar especial en la Biblioteca Nacional de Chile, con la exhibición de un documental y las palabras del embajador de Cuba, Adolfo Curbelo, antes de dar paso a muestras artísticas.
Curbelo destacó el enorme significado para los cubanos de la fecha del 26 de julio y su trascendencia como base inspiradora de la Revolución, y evocó al poeta Raúl Gómez García, uno de los mártires del Moncada.
El diplomático refirió que la región fue declarada zona de paz por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, y subrayó la importancia de que se respete la independencia, soberanía y derecho a la autodeterminación de sus pueblos.
En esta línea, señaló la voluntad de Cuba por normalizar sus relaciones con Estados Unidos con la exigencia del cese del bloqueo económico y la devolución del territorio ilegalmente ocupado en la Base Naval de Guantánamo.
Dos melodías insoslayables del cantautor chileno Víctor Jara, Te recuerdo Amanda y El derecho de vivir en paz, fueron interpretadas en piano por el maestro Roberto Bravo y el violón de Monserrat Prieto.
Pero antes, la bailaora chilena de flamenco y profesora Carola Caussen deleitó a una abarrotada sala, y terminó con una mezcla de música cubana junto al bailarín Camilo Portales, con la voz de Diego El Cigala.
El bolerista Enrique San Martín recordó sus tiempos de exilio en Cuba y como en la Mayor de las Antillas se convirtió al género musical, después de haber incursionado la Nueva Canción chilena.
Los momentos más sublimes llegarían con la actuación de Roberto Bravo con Monserrat Prieto en las interpretaciones de Unicornio Azul y Rabo de Nubes, de Silvio Rodríguez y Para vivir, de Pablo Milanés.
Luego, Bravo haría dúo con el reconocido trompetista de origen uruguayo Daniel Lencina, con Drume Negrita, de Eliseo Grenet, y otro clásico, Siboney, de Ernesto Lecuona.
Y como colofón, Contigo en la distancia, de César Portillo de la Luz, en un delicioso duelo de piano y trompeta.
Santiago de Chile, 29 de julio 2016
Crónica Digital / PL