Asimismo, instó a reconocer la necesidad de un nuevo orden internacional justo, enfocado en eliminar la pobreza y la desigualdad, luchar contra la impunidad y eliminar las políticas selectivas y discriminatorias.
De esta manera, crearemos las garantías materiales y legales para que se cumpla el artículo 1 de la Convención: lograr que nadie sea sometido a una desaparición forzada, precisó.
Según Rodríguez, el instrumento internacional firmado en 2006 y en vigor desde 2010 marcó un importante avance en los esfuerzos internacionales para prevenir esta repudiable práctica en el mundo.
La representante cubana recordó que 96 Estados han suscrito la Convención y 56 ya son parte de la misma, entre ellos su país.
Cuba participó activamente en las negociaciones que condujeron a su adopción, y fue uno de los copatrocinadores principales de la resolución de la Asamblea General que aprobó este instrumento, destacó.
La embajadora afirmó en la sesión conmemorativa que los derechos a la vida, a la libertad y a la seguridad de las personas constituyen pilares en la actuación del gobierno de la mayor de las Antillas.
Nuestro país pone en práctica el respeto a la integridad física y moral del individuo, en especial, a la defensa de los intereses legítimos de los ciudadanos, lo que permite asegurar que en Cuba -excluyendo el territorio que ocupa ilegalmente la Base Naval estadounidense en Guantánamo- no existen casos de desaparecidos, ni torturados, ni detenciones secretas, subrayó.
Rodríguez cerró su intervención calificando a la desaparición forzada de un ultraje a la dignidad humana, una negación de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y una violación grave y manifiesta de los derechos humanos.
‘Cuba seguirá comprometida con la plena observancia de la Convención, guiada por el profundo anhelo de José Martí, nuestro Héroe Nacional, quien expresó y cito: ‘… que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre’, aseguró.