Ello evidencia cómo se extiende la polución de origen humano incluso en las áreas más remotas del planeta, subrayó.
Zonas aledañas al Ártico parecen ser el destino final del transporte en superficie de la polución plástica, escribió por su parte Andrés Cózar, de la Universidad de Cádiz, en un artículo colectivo publicado en la revista de libre acceso Science Advances.
El estudio derivado de la expedición circumpolar Tara Oceans analizó 42 localizaciones desde 2013, periodo durante el cual halló cientos de miles de pedazos de plástico por kilómetro cuadrado en la región del Atlántico nororiental.
Gran parte del plástico era aparentemente viejo y llegó flotando desde Europa y América del Norte. Los niveles eran comparables a los que se encuentran en los remolinos oceánicos, grandes corrientes giratorias cercanas a la línea ecuatorial, donde se sabe que se acumulan los desechos plásticos, escribieron los responsables de la investigación.
El 99 por ciento del plástico flotante estaba confinado a los mares de Groenlandia y Barents. La polución de este tipo en el resto del Círculo Polar era baja o inexistente, resaltaron.
A juicio de los especialistas, el calentamiento global podría exponer el Ártico a una mayor contaminación a medida que se reduce la extensión del hielo marino.
En el futuro podrían hacerse prevalentes mayores cargas de polución plástica marina en este océano, advirtieron.
Asimismo, el reporte llamó la atención sobre el impacto del material en la frágil vida silvestre ártica, incluido el fondo marino, donde podrían hundirse los pedazos de la basura y ser ingeridos por varias especies.
Otawua, 21 de abril 2017
Crónica Digital /PL