De esa muestra, las madres de 15 mil 701 niños (16 por ciento), tuvieron fiebre en uno o más intervalos de cuatro semanas durante el embarazo.
Los expertos observaron que el riesgo de autismo aumentó un 34 por ciento cuando las mujeres tuvieron fiebre en cualquier momento de la gestación y 40 por ciento cuando ocurrió en el segundo trimestre.
El peligro subió más de 300 por ciento en los niños cuyas madres reportaron tres o más episodios febriles luego de la semana número 12 del embarazo.
Para los autores, esos resultados apuntan a una participación de la infección materna gestacional y de las respuestas inmunológicas innatas a la infección en el surgimiento de al menos algunos casos del trastorno de espectro autista.
Su trabajo también estudió dos tipos diferentes de medicamentos comúnmente utilizados para la fiebre, acetaminofén e ibuprofeno.
Concluyeron que los riesgos fueron mínimamente mitigados en los niños de mujeres que tomaron el primer fármaco para tratar la fiebre a partir de los seis meses de embarazo, indicó.
Por otra parte, ninguno de los hijos de madres que tomaron ibuprofeno, un medicamento antiinflamatorio no esteroideo, desarrollaron autismo, pero debido a la escasa cantidad de ejemplos los resultados no son concluyentes.
Washington, 14 junio 2017
Crónica Digital /PL