Thiaw opinó que corresponde a cada país asumir su postura ante los desafíos globales, en este caso un fenómeno que amenaza la supervivencia de la humanidad, como el cambio climático.
‘Si un Estado decide dejar el Acuerdo de París, el resto debe continuar y trabajar para convencerlo de la importancia y la necesidad de que regrese’, subrayó.
Según el funcionario, nombrado en el cargo en 2013, la decisión anunciada por el presidente norteamericano Donald Trump a principios de junio ha movilizado al resto del mundo.
El mensaje de la comunidad internacional es claro: hemos negociado por más de 20 años para llegar hasta aquí, y juntos lidiar con un problema real, advirtió.
Más de 190 naciones adoptaron en diciembre de 2015 el acuerdo dirigidos a reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, en aras de mantener el incremento de las temperaturas por debajo de los dos grados centígrados, 1,5 de ser posible, respecto a la era preindustrial.
Para Thiaw, abandonar el pacto, que entró en vigor en noviembre pasado, no es la mejor manera de manifestar las diferencias.
La vía más efectiva de expresar un criterio diferente o decir algo acerca del Acuerdo Climático de París es en la mesa de negociaciones, donde todo el planeta debe estar sentado, ya que hablamos de un problema global, insistió.
Trump justificó su postura al considerar el tratado multilateral negativo para industrias estadounidenses, en particular las relacionadas con el petróleo y el carbón, y la generación de empleo.
Thiaw señaló que la reacción mundial y dentro de los propios Estados Unidos ha sido positiva, porque muchos gobiernos, empresas y ciudades han ratificado su compromiso con la lucha contra el cambio climático.
Esa respuesta, que también la hemos visto en estados, grandes ciudades y corporaciones norteamericanas, demuestra preocupación por la gente y por el planeta, subrayó.
Por Waldo Mendiluza
Naciones Unidas, 20 de julio 2017