Médico cirujana, salió del Palacio de La Moneda junto a su hermana, en la actualidad senadora Isabel Allende, por orden de su padre y junto a otras mujeres. Nunca se perdonó haber acatado la exigencia del entonces mandatario.
Radicada en Cuba, dio a luz a su primer hijo en La Habana, Alejandro Salvador Allende, y una segunda hija con un diplomático cubano, Maya Fernández, en estos momentos diputada en Chile.
Beatriz Allende Bussi, Tati como la llamaban cariñosamente, tuvo una intensa vida revolucionaria y de hecho era considerada la más cercana de las hijas de su padre, quien le encomendó antes de fallecer reorganizar a la izquierda chilena.
Aparecía en los pasajes más importantes de la historia reciente; la más leal colaboradora de su padre durante su gobierno de la Unidad Popular. En ese camino me pregunté por qué nadie se ha centrado en recuperar su historia, comentó Alvarez.
El autor subrayó su interés en dar a conocer facetas de la trayectoria de Tati, ‘la hija guerrillera de Allende’, militante del Partido Socialista y cercana al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).
Precisamente el historiador andaba en busca de datos sobre el asesinado líder del MIR, Miguel Enríquez, por la dictadura de Augusto Pinochet, cuando se tropezó con detalles que le llamaron la atención sobre Beatriz Allende.
Alvarez comentó que ‘la Tati fue socialista pero también medio mirista, medio guevarista, medio allendista. Nadie sospechaba que ella caminara por todos esos senderos, porque le era natural’.
Desolada y deprimida por lo ocurrido a su padre y otros miembros de su familia, Beatriz Allende se suicidó en La Habana el 11 de octubre de 1977 con apenas 34 años de edad.
La habana, 12 de octubre 2017
Crónica Digital /PL