Pocos especialistas daban a Chile con posibilidades de clasificar a la Copa Mundial de Fútbol en la última fecha de las eliminatorias, cuando dependía de Brasil, pero el país austral sigue sin resignarse.
Casi una semana después de lo que aquí se percibe como una catástrofe nacional, no faltan los dimes y diretes al interior de la plantilla de la Roja, críticas furibundas, acusaciones de todo tipo y cuestionamientos a la dirigencia del balompié.
Sin embargo, pasadas las primeras declaraciones en caliente, y hasta una conversación privada de 2015 del anterior técnico Jorge Sampaoli (hoy al frente de Argentina), las miradas apuntan a Colombia y Perú.
Sampaoli, con carácter premonitorio, advirtió hace dos años de la posible eliminación de los chilenos si no se daban ajustes y compromisos alrededor de la disciplina, un problema sustancial al parecer en varios jugadores.
El irreverente Arturo Vidal, volante del Bayern Munich y figura de la nómina de Chile, es el blanco principal de las críticas, en las que aparecieron además familiares cercanos de jugadores.
Ahora, empero, el tema derivó en el empate entre Colombia y Perú, que de hecho, acentuó la exclusión de la Roja del Mundial de Rusia 2018. Muchos quieren minimizar la goleada 3-0 que le asestó Brasil.
Chile perdió tres de los cuatro partidos efectuados en las dos últimas jornadas premundialistas, ante Paraguay (otra goleada 3-0), Bolivia (1-0) y Brasil (3-0).
Parece cierto que en los minutos finales del duelo entre Colombia y Perú algunos jugadores intercambiaron en la cancha y tácitamente no hicieron esfuerzos mayores pactando un empate que les convenía a ambos.
La discusión es si la FIFA convalida ese tipo de actitud, al tener lugar sin acuerdo previo, o sería capaz de sancionar a ambos elencos.
Abogados chilenos, por su cuenta propia, ya emprendieron acciones legales al respecto, mientras la federación local de fútbol ha optado, hasta el momento, por desentenderse del asunto.
Santiago de Chile, 16 de octubre 2017
Crónica Digital /PL