La protesta registró disturbios cuando grupos de jóvenes intentaron marchar a la casa de Kuczynski y manifestar ante el local del partido fujimorista Fuerza Popular.
Hubo también marchas similares en diversas ciudades del interior, como Chiclayo, Chimbote y Trujillo, en el norte; Arequipa, Puno, Moquegua, Tacna y Apurímac, en el sur, y Huancavelica, Ayacucho, Huánuco y Huancayo, en el centro del país.
‘Déjenme trabajar’, dijo horas antes el mandatario en una visita a la norteña región de Piura en la que inauguró obras públicas, y dirigió esa invocación a lo que llamó ‘clase política’.
Llamó igualmente a cesar los enfrentamientos que resquebrajan a diversos partidos, como consecuencia del indulto y el previo intento de destituir al mandatario por sospechas de corrupción.
‘Queremos trabajar. Yo le pido a la clase política que nos deje trabajar, es lo único que queremos hacer. Como ustedes saben, el último mes ha sido durísimo, pero nos hemos defendido porque somos persistentes. Queremos crear un Perú mejor para todos’, argumentó.
Añadió que ‘por eso estamos aquí y nos olvidamos del pasado. Miremos hacia adelante, donde está el futuro’, aparente pedido a que cesen los reclamos de amplios sectores contra el indulto.
El mandatario, además, perdió a los tres ministros considerados con mayores destrezas políticas y posibilidad de diálogo con sectores de centro e izquierda.
A consecuencia de ello, el pasado martes recompuso su gabinete, al que definió como de reconciliación, pero la composición del equipo no logra encaminar al gobierno a esa finalidad y es objeto de críticas y desconfianza general.
Lima, 12 de enero 2018
Crónica Digital /PL