Sin contar aún con la más mínima sospecha de la persona que pudo efectuar tal acción, pese a contar con una de las redes de cámaras de circuito cerrado más desarrolladas del orbe, Reino Unido acusó de inmediato a Rusia de estar detrás del supuesto atentado con gas paralizante.
La víspera, especialistas de la inteligencia rusa denunciaron aquí que la fórmula aplicada para elaborar el químico, el cual el Reino Unido asegura solo lo posee Rusia, se emplea para elaborar el mencionado químico a solo unos kilómetros de donde ocurrió el incidente.
No obstante, bajo ese pretexto May anunció que los diplomáticos eran supuestos agentes de inteligencia, por lo cual le daba un plazo de una semana para abandonar el Reino Unido.
Al iniciar esta semana, la jefa de gobierno profirió altisonantes ultimátums contra Rusia, al ofrecer solo 24 horas para aclarar si Moscú estaba implicada en el asunto, lo cual fue visto con cierto asombro, pues se trata de dos países con armas nucleares.
De hecho, en su alocución, la primera ministra, quien hace apenas unos meses sobrevivió a una fuerte crisis en su gabinete por el llamado tema del Brexit (salida de la Unión Europea), indicó que llevaría el caso al Consejo de Seguridad de la ONU y pediría medidas a ese nivel.
Skripal, un exmiembro de la Dirección General de Inteligencia rusa, conocida aquí como GRU, fue condenado en su momento a 13 años cárcel por espiar a favor del servicio de espionaje exterior británico (MI6), para después ser perdonado por el presidente Vladimir Putin.
Tras su salida de la cárcel se asentó en el Reino Unido, donde nadie puede afirmar a ciencia cierta si continuó su trabajo para el MI6, incluso después de convertirse en súbdito de la corona británica.
Sin embargo, de su hija Julia, quien también resultó afectada en el supuesto incidente y es ciudadana rusa, carece de la posibilidad de ser atendida por la misión diplomática de este país en Londres, pues se lo impiden las autoridades del Reino Unido, denunció Moscú.
Los miembros de la realeza británica se abstendrán de participar en el Mundial de Fútbol, aunque las selecciones del Reino Unido si estarán en esa competencia, a celebrarse en Rusia este verano.
Pero acaso tiene algo que ver el asunto de Skripal con el Mundial de Fútbol, se preguntó ayer la vocera de la cancillería rusa, María Zajarova, quien denunció que Londres se negó a tratar el tema mediante los mecanismos de la Organización de Prohibición de Armas Químicas.
A través de la referida entidad internacional es como se debió tramitar el caso, consideró la portavoz, quien en su momento calificó la acusación de Londres de show circense.
Londres, 14 de marzo 2018
Crónica Digital /PL