La primera semana de Gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, mantuvo aún sin concluir el tono conciliador y de unidad en su equipo de trabajo, pero hizo duros apuntes contra la pasada administración.
El cierre de filas de la centroderecha se hizo más evidente con una reunión con su gabinete en el Palacio de Cerro Castillo, Viña del Mar, la sede alterna del Gobierno, donde reiteró la promesa de «tiempos mejores para Chile«.
Las propuestas del mandatario en su primer discurso, estuvo marcado por el acento en «el espíritu republicano» y «la unidad de los chilenos», consignas que repitió la víspera en Cerro Castillo.
Pidió con sentido de urgencia, acuerdos nacionales para la Infancia, Seguridad Ciudadana, Salud oportuna y de calidad para todos; paz en La Araucanía (la explosiva región de los mapuches); y para alcanzar el desarrollo y derrotar la pobreza.
Apenas ingresando a La Moneda, destituyó al hasta entonces director de la policía de Carabineros, general Bruno Villalobos, ante los escándalos de corrupción que sacuden a ese cuerpo armado, y una fallida investigación en La Araucanía.
El magnate conservador, quien ya cumplió un período anterior en el Palacio de La Moneda (2010-2014), volvió a referirse a la «retroexcavadora», un sentido manejado para decir que las reformas de Michelle Bachelet fueron a la fuerza.
En tal sentido y sin mencionar a su rival socialista, Piñera repitió que todos los avances por conseguir en sus cuatro años en el poder se harán sobre la base de «la sana cultura del diálogo, los acuerdos y la colaboración».
De todas formas ya varios de sus ministros se encargaron de desbarrar de la gestión de Bachelet y sus funcionarios, en primer término al señalar que el déficit fiscal es mucho mayor a lo dicho anteriormente.
Además, la postura clara del secretario de estado del Interior y segundo al mando, Andrés Chadwick, de que de ningún modo el Gobierno permitirá el avance del proyecto de ley sobre una nueva Constitución de la República.
Otro asunto que acaparó la atención de la semana fue la presentación de Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, a donde viajará una delegación encabezada por el canciller, Roberto Ampuero.
El propio Ampuero dialogó con ex ministros de Relaciones Exteriores de distintos colores políticos y con parlamentarios que lo acompañarán a la ciudad holandesa, donde lunes y martes Bolivia presentará sus alegatos.
La idea de la administración ha sido mostrar que se trata de un asunto de estado y existe cohesión absoluta en Chile ante la demanda de Bolivia de una salida soberana al mar.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 19 de marzo 2018
Crónica Digital /PL