Durante esta semana se ha venido instalando la idea de una necesaria definición del Frente Amplio en diversas materias y especialmente en lo que respecta a política internacional y derechos humanos. Así lo ha planteado, por ejemplo, la mesa nacional del Frente Amplio al expresar que “construir una nueva política es también asumir la heterogeneidad de nuestra alianza como una virtud democrática, que reclama de nosotros una mayor capacidad de dialogo y construcción de acuerdos. Nuestras diferencias no se resuelven por tanto con renuncias ni vetos de ningún tipo. Debemos procesarlas con dialogo y asumimos el compromiso de generar instancias de discusión publica en que se debatan las distintas miradas políticas e ideológicas que concurren en nuestras discusiones” agrega además que “la ciudadanía a depositado su confianza en nuestra bancada para que impulse nuestro programa de transformaciones desde todos los lugares de incidencia en los que estamos en el Congreso…” en la misma línea, Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso y militante de Movimiento Autonomista señaló que “hay que abrir el Frente Amplio a ese millón de personas que votaron por Beatriz Sánchez y que hoy ven con preocupación este comportamiento que se ha tenido”.
Como podemos extraer de las ideas recién mencionadas, existen, a lo menos, tres elementos claves para explicarnos la actual situación del Frente Amplio y su posible solución, a saber: participación, programa y ciudadanía.
Dichos conceptos son expresivos de la nueva política que desde el Frente Amplio hemos buscado construir, como también de las falencias que en el ultimo tiempo hemos tenido, pues, así como el “Programa de Muchos” resultó ser la expresión del sentir de miles de ciudadanos que participaron en su elaboración y confiando en una forma de hacer política distinta apoyaron a Beatriz Sánchez en las urnas alcanzando más de un millón de votos, también es la falta de cumplimiento de ese programa en materia internacional, que nuestros diputados se comprometieron públicamente a impulsar, y los pocos espacios de participación de la ciudadanía los que hoy afectan al Frente Amplio.
Como muestra, respecto del primer punto, tenemos la votación del “acuerdo para modificar el tratado de libre comercio entre el Gobierno de la República de Chile y el Gobierno de Canadá” en el cual, un número considerable de diputados del FA votaron a favor, en circunstancias que el “Programa de Muchos” es claro en señalar que “Revisaremos y reevaluaremos los actuales tratados de libre comercio suscritos por Chile, a fin de reconocer, compatibilizar o modificar aquellas normas que impiden o dificultan a nuestro país hacerse parte de MERCOSUR y de otros procesos de integración de América Latina. No firmaremos mas tratados de libre comercio hasta que no se actualicen sus criterios de suscripción, debiéndose considerar para ello la democratización de los procesos, la integración regional a nivel político y económico, como también el efecto de dichos tratados en particular”.
A lo anterior se suman las declaraciones del diputado Vlado Mirosevic quien sostuvo, a propósito de la demanda marítima boliviana que “En el Frente Amplio no hay una postura común en esta materia. La mayoría estamos de acuerdo con la posición chilena, como lo ha expresado mi partido, el Partido Liberal, lo expresó también Revolución Democrática…” en circunstancias que el programa del FA indica al respecto que “Avanzaremos decididamente en una solución a la mediterraneidad de Bolivia mediante la integración regional (…) como punto de partida, propondremos avanzar hacia la conformación de una zona de libre transito de personas, bienes y capitales. La posición chilena en dicha comisión tendrá entre sus objetivos desjudicializar los diferendos con el Estado Plurinacional de Bolivia, retirando las demandas que hoy se estudian en La Haya y desarrollando en cambio conversaciones que permitan beneficiar a los distintos países a través de la cooperación y la negociación”.
Finalmente, tenemos que el “Programa de Muchos” indica como principios relevantes a la hora de llevar las relaciones internacionales, la paz, cooperación, multilateralismo y autodeterminación, especificando además que “Promoveremos, en nuestras relaciones internacionales, la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de las diferencias entre Estados y naciones mediante la mediación multilateral y la no intervención en los asuntos internos de otros Estados” planteamientos que lamentablemente no han sido considerados por algunos diputados y grupos políticos del FA a la hora de promover, por ejemplo, el desconocimiento de las elecciones en Venezuela.
Como podemos ver, el programa del FA ha sido muy claro en establecer lineamientos a la hora de enfrentar los asuntos internacionales, por lo que obviar estos, como lamentablemente a ocurrido, resulta ser aquello que hoy afecta nuestra confianza como conglomerado. De ahí, la necesidad de dar cumplimiento cabal a lo expresado en el “Programa de Muchos”, en tanto en él se plasman los acuerdos mínimos entre las fuerzas políticas que componen el FA, sus territorios y grupos temáticos, como también entre militantes e independientes. Es en el programa del FA, en tanto construcción participativa y democrática, que fuere respaldada por miles de personas en su elaboración y refrentado por el millón de personas que voto por Beatriz Sánchez, donde yace el horizonte y sentir del Frente Amplio.
Ahora bien, no basta solo con respetar el programa, también se requiere que las decisiones sean tomadas de manera colectiva, pues de lo contrario, quedamos a merced de la desconexión con la ciudadanía que decimos representar y convocar.
Se vuelve vital entonces, retomar la senda de la participación ciudadana, para lo cual debemos impulsar nuevamente, entre otras iniciativas, el trabajo con los territorios del FA y llevar a dichos espacios las discusiones, de modo de profundizar en ellos, militantes e independientes, la reflexión internacional o de otras materias relevantes para el Frente Amplio, teniendo siempre como punto de partida los acuerdos mínimos, ya reconocidos en el “Programa de Muchos”.
Esto último, también se ve plasmado en nuestro programa, al señalar, en lo que respecta a los asuntos internacionales, que “generaremos mecanismos para que la ciudadanía pueda participar en la discusión y evaluación de políticas públicas vinculadas a nuestra política exterior. No es democrático, inclusivo e igualitario que los tratados se discutan y negocien en secreto. Lo importante es facilitar instancias de participación en el proceso de gestación de acuerdos políticos o comerciales internacionales, que permitan a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada tener acceso al marco de negociaciones e incidir activamente en el proceso de toma de decisiones (…) la ciudadanía puede ser receptora y agente activa de nuestra política exterior, contribuyendo a la construcción de una sociedad que se involucra en la elaboración de políticas públicas, buscando la convergencia entre nuestras diferencias y rica diversidad”.
Como podemos ver, en la medida que las fuerzas políticas, bancada, territorios y grupos temáticos del Frente Amplio respeten, impulsen y profundicen su programa, como también promuevan la deliberación colectiva, podremos mantener la confianza de la ciudadanía, superar nuestras diferencias y, en definitiva, ser una alternativa real de cambio.
Por Gonzalo Nicolás Aguirre Córdova
Militante Movimiento Autonomista
Crónica Digital, Santiago 10 de septiembre 2018