Amnistía Internacional expresó hoy su consternación ante la noticia de la muerte de Alejandro Castro, dirigente sindical y defensor de los derechos humanos y del medio ambiente, quien había participado activamente en las protestas en Quintero, debido a la alta contaminación de dicha zona y los graves efectos que ha tenido en la población, especialmente en las últimas semanas.
“Si bien, la información que circuló en la prensa calificó el hecho como un suicidio; resulta muy preocupante que la propia PDI haya reconocido que Alejandro Castro habría sufrido amenazas en los días previos a su muerte”, menciona Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Chile.
La organización hace un llamado a las autoridades para que se realice una investigación independiente, imparcial y exhaustiva para esclarecer los hechos. En esta investigación se deben tener en consideración su rol de liderazgo y de defensa del medioambiente y, de concluirse que se trató de un ataque motivado por dicho rol, se sancione debidamente a los responsables, dando una clara señal de que atacar a quienes defienden el medioambiente no queda en la impunidad.
Santiago de Chile, 6 de octubre 2018
Crónica Digital
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Sáb Oct 6 , 2018
El 5 de octubre está grabado en la historia de Chile como uno de los momentos en que la voluntad popular desplegó toda su fuerza y unidad para derrotar a la dictadura. Fruto de un proceso de protestas, movilizaciones y acumulación de fuerzas que dio forma auna contundente mayoría social queoptó por poner término a 17 años de terror y persecución, demandando la realización de una democracia que incluyera a todas y todos. Desde el mismo 11 de septiembre de 1973 la resistencia a la dictadura cobró miles de vidas, de quienes con valor y sacrificio defendieron los principios de la democracia y la justicia social. Solo en la región de la Araucanía perdieron la vida 163 mujeres y hombresmapuches comprometidos con la idea de un país justo e igualitario; muchos más fueron torturados, encarcelados y su derechos económicos, sociales y culturales conculcados. El racismo y la persecución hacia las comunidades indígenas, en todas sus expresiones, fue una constante de la dictadura cívico militar.Su propósito, docilizar a un pueblo consiente de su dignidad y que nunca se ha puesto de rodillas. Tras el plebiscito el Acuerdo de Nueva Imperial del año 1989 selló el compromiso de los pueblos originarios, y del pueblo mapuche en especial, para apoyar la naciente democracia post dictadura; dicho compromiso y posteriores acuerdos, de alcanzar derechos políticos propios de una democracia que reconoce y respeta a los pueblos originarios, no han sido honrado por lossucesivosgobiernos democráticos. Si para una gran mayoría de chilenas y chilenosla democracia en Chile sigue siendo insuficiente, para el pueblo mapuche es incompleta y carece de plena legitimidad. De acuerdo con el último CENSO el 12,9 % de quienes habitamos Chile, es decir cerca de un millón ochocientas mil personas somos parte de un Pueblo Originario, sin embargo, ello no se expresa en el carácter de la actual Constitución y su ordenamiento político, desprovista de legitimidad de origen y contenido, puesto que los nueve pueblos que habitamos Chile no existimos en la Constitución. A 30 años del plebiscito del año 1988 nuestras demandas de Reconocimiento Constitucional, de Participación Política mediante Escaños Reservados en el Congreso, de Derechos Territoriales y de la existencia de un Estado Plurinacional tienen plena vigencia y más urgencia que nuncay sólo pueden ser alcanzadas con la generación de una Nueva Constitución. Si la democracia en nuestro paísno interpreta a una mayoría importante de chilenas y chilenos, dada la incapacidad de ésta de resguardar y perseguir el bienestar y el interés popular, en el caso del pueblo mapuche dicha democracia nos invisibiliza y no permite expresión real de Tratados Internacionales a los que Chile ha suscrito y que está obligado a implementar. No puede haber una democracia que ignore los derechos plenos de las Primeras Naciones que anteceden a la conformación del Estado de Chile, pues será siempre fuente de desafección, frustración colectiva y fundamento para prolongar una histórica ruptura ytensión entre el Estado y los pueblos originarios. Por el contrario, el Chile en construcción debe poner al centro la idea […]
Los suicidios «inducidos» parecen ser causa frecuente en el chile neoliberal y golpista.