El martes 7 del presente mes de noviembre, fue presentada en el Archivo  Nacional de Chile, la  «Historia de la Revolución Rusa», del líder bolchevique, creador del Ejército Rojo y luego crítico del desarrollo del proceso, León Trotsky. La obra, fue editada por la editorial chilena  LOM, en alianza con la editorial vasca, TxalapartaL y la presentación  fue hecha por  los historiadores Igor Goicovic, de la Universidad de Santiago, y Luis Thielemann, de la Fundación  Nodo XXI, y el director de Crónica Digital, Marcel Garcés La reedición de la «Historia de la Revolución Rusa» de Trotsky- editada originalmente en Chile,   durante los años del gobierno del presidente Salvador Allende, por la Editorial Quionmatu, constituyó un homenaje en Chile al centenario de la Revolución de Octubre..  El siguiente es el texto de la intervención de Marcel Garcés Creo que la iniciativa de Lom de presentar este día  la reedición  de la  “Historia de la Revolución Rusa”, de León Trotsky, justo cuando se conmemora el centenario del  quizás más importante acontecimiento ´político y social del siglo 20, tiene más que un valor testimonial,  el recuerdo de un hecho histórico, que marcó a la humanidad,  sino  de reivindicación del legado político – insurreccional, para ser más preciso-  de uno de los protagonistas de  ese acontecimiento fundacional. Primero que nada debo hacer una confesión, una culpabilidad de origen, pero que creo es compartida por muchos. Al  iniciar mi vida política, recibí una advertencia :  en el escenario político habían buenos y malos. Y algunos pésimos. Entre estos últimos figuraba en el imaginario de los que éramos jóvenes comunistas, en los 60,  León Trotsky.  Y por cierto el troskismo era una especia de quintaesencia de la conspiración contra el socialismo,  es decir parte del “enemigo”. No estaba claro cuáles eran los pecados, pero definitivamente estaban en la otra trinchera y había que andarse con cuidado. Tampoco había que hacerse demasiadas preguntas. Estaba todo clarísimo. Estaban contra la Unión Soviética, contra la línea, Se sabía que algunos asechaban en algunos partidos o tendencias de  la izquierda. Y claro eran fuertes en Bolivia, y Argentina. Además existía  la “Cuarta Internacional”. Todo sumamente peligroso para la pureza ideológica y la política. En fin, Las cosas fueron cambiando con el tiempo y hoy podemos leer esta Historia de la Revolución Rusa, sin el temor de caer en la excomunión, y ser condenado a los infiernos. Aunque la primera edición de este libro, en Quimantú, ese proyecto editorial maravilloso de los tiempos de la Unidad Popular y del presidente Salvador Allende,  tuvo su episodio  singular cuando se propuso la publicación de esta obra. Hubo una fuerte contradicción  y un empate entre los miembros comunistas y socialistas  del comité editorial, para  darle el Visto Bueno, a la edición.  Afortunadamente quien encabezaba el Comité ,  el escritor costarricense,  Joaquín Gutiérrez, que fuera corresponsal de El Siglo en Moscú, entre 1962 y 1966,  zanjó el tema y dio la mayoría para que el libro fuera publicado. Trotsky, fue según lo caracterizó el historiador […]

El título de este artículo es casi retórico. Porque quienes hemos trabajado en la defensa de los derechos postergados históricamente de reparación y justicia para los que fuimos avasallados, reprimidos, encarcelados, torturados, asesinados por la dictadura cívico-militar del capital entre 1973 y 1989, sabemos que ningún político profesional se las juega por nosotros. De todas maneras, haremos el ejercicio de buscar en sus programas, alguna remota referencia al tema. Empecemos. 1. Beatriz Sánchez, Frente Amplio. No se refiere a la reparación. Si abordan el tema de la “justicia” en estos términos: “separar de manera clara e irreversible a cualquier militar condenado por violaciones a los DDHH de nuestras FFAA. Legislaremos para que, de manera automática y retroactiva, los condenados por violaciones a los DDHH sean inmediatamente degradados y desvinculados de las FFAA, perdiendo en el acto todos los beneficios patrimoniales asociados al retiro de la carrera militar. La ley también exigirá la eliminación inmediata y permanente de todas las placas conmemorativas, estatuas, nombres de instalaciones o programas, u otros símbolos que homenajeen a personas condenadas por crímenes de lesa humanidad en las FFAA o cualquier otra repartición del Estado.” 2. Alejandro Guillier, PS, PC, PR, otros. En su programa no existe referencia alguna siquiera al tema de los derechos humanos en general. 3. Alejandro Navarro, PAIS. El término “derechos humanos” aparece en su programa relacionado con el conflicto Mapuche, solamente. Ninguna referencia al tema de las reparaciones y la justicia por las violaciones de los DDHH durante la dictadura cívico-militar. 4. Miguel Enriquez-Ominami. Partido Progresista. Derechos humanos en cuanto a derecho a la información y asuntos de género. El pasado histórico y las reparaciones pendientes brillan por su ausencia en el programa de Enríquez-Ominami. 5. Carolina Goic. Democracia Cristiana. Derechos humanos mencionados muchas veces en el programa, pero nunca relacionado a las víctimas de la dictadura cívico-militar. 6. Eduardo Artés, UPA. Uno de los programas políticos más radicalizados de todos los candidatos, igualmente omite de manera miserable el tema. 7. Sebastián Piñera, Chile Vamos. De más está decir que el término derechos humanos ni se menciona en su programa. 8. José Kast, independiente de derecha. Kast no tuvo problemas en establecer que si fuese elegido al día de asumir dará indulto a todos los militares condenados por causas de derechos humanos. Y ahí tenemos el panorama electoral y cómo afectará a los ex presos políticos y sus familiares. Como fuerza votante de alrededor de 30.000 votantes, no fuimos capaces de incluir nuestras demandas en ninguno de los programas presidenciables, ni siquiera los de los considerados más progresistas. La Unión Nacional de Ex Prisioneros Políticos de Chile preparó un resumen de nuestras demandas históricas para que nuestras bases lo presenten y lo discutan con todos los candidatos locales y nacionales posibles (incluido al final de este artículo). Naturalmente, el esfuerzo no tuvo el resultado esperado. Valga decir también que al interior del comando de la campaña de Alejandro Guillier, hubo compañeros que simpatizaban con las posiciones de la UNExPP y las […]

Una niña llorando afuera del campamento que cuatro voluntarios  alemanes   pertenecientes a una ONG  internacional mantienen en una localidad sureña, después  de que en Chile se ha producido el terremoto y tsunami en el 2010,   es el punto de inicio de esta obra, que lleva a  Anna, la directora de la institución, a realizar un cuestionamiento de la metodología que  se está usando, ya que al parecer, las terapias grupales empleadas hacen llorar a los niños. Sin embargo, la líder del grupo al interrogar a los demás miembros se da cuenta que uno de ellos  ha utilizado un cuento bastante cruel y brutal para que haya sido escuchado por los niños, que son las víctimas directas de la catástrofe que se está viviendo en el país.   “Beben” (temblor en alemán) del destacado dramaturgo chileno Guillermo Calderón, quien la escribió en el 2012 para el teatro Düsseldorfer Schauspielhaus (Alemania) y bajo la dirección de Antonia Mendia, está basada en el cuento del escritor alemán Heinrich Von Kleist “El terremoto en Chile”. Aquí asoman entonces esos miedos luego de un desastre natural, ese desequilibrio mental que comienza a afectar a la gente siniestrada y que hasta un propio miembro de la ONG cae en esa trampa mortal de la sociedad, el caos y el saqueo.  Conceptos como la solidaridad quedan  envueltos en una mentira, ya que este voluntariado se hace pasar por nacionalidad italiana, para no enfrentar la mala fama que dejó Paul Schafer en la Colonia Dignidad, mientras que la religión, la moral  y hasta el deseo sexual son una discusión permanente de los personajes, a raíz del cuento enseñado a los niños – ¿apropiado  o no para menores?- ese es el dilema, más aún, si se  habla de pasión y desgracia. Una muñeca sin cabeza en manos de la protagonista, en este contexto de pieza teatral, va más allá que un juego de niños, es el aprendizaje de golpe, la madurez que te da el conocimiento de cosas ocultas para ellos, como es el pecado capital, en el relato del Chile colonial de 1647 de Von Kleist – la joven que se embaraza estando encerrada en un convento esperando su muerte y el amor de su vida, un profesor condenado a prisión, por esta relación pecaminosa- hasta que llega el terremoto que destruye la ciudad y los libera-. Asumamos sí, que la libertad siempre tiene su precio y esa búsqueda de ella lleva a los personajes a tratar de entender y por momentos justificar que un relato trágico puede ser escuchado por los pequeños sin traumarlos. La prudencia y la lógica nos hacen pensar que este cuento no es apto para niños, menos para aquellos que han sufrido un desastre natural y que tal vez lo único que necesitan son juegos simples que los distraigan. Los diálogos en alemán, en “Beben” son creíbles y por cierto le dan el realismo que necesitan estas figuras, que se desenvuelven -casi siempre-   en un espacio escénico delante de una carpa donde ellos […]

Quisiera referirme al caso de Daniela Belén Vargas, que la Red de Salud UC  le negó ingresar a la lista de espera de un trasplante de corazón, avalado además por el Ministerio de Salud (Minsal). Creo que esto es inaceptable y demuestra de fondo una discriminación por vulnerabilidad social y discapacidad.  “Solo a los niños del Sename se les pide un certificado que asegure que los van a cuidar”, eso es discriminatorio y absurdo, obviamente que pedir certificados inicia un proceso administrativo complejo que ocasiona demoras que en un caso de riesgo vital lleva a la muerte a un paciente. El rol del estado de asegurar los cuidados necesarios a los niños de Sename no está definido por la voluntad del mismo Sename; es rol es de todos los organismos públicos incluido el mismo Ministerio de Salud que en forma cómplice avaló esta vergonzosa conducta de la Universidad Católica. Si la niña se hubiese trasplantado y el Sename no le hubiera destinado una cuidadora directa, un juez de familia habría ordenado que Sename lo hiciera. Acá no es un asunto de voluntades y ni UC ni el Minsal pueden defenderse en su ignorancia. En el gobierno del Presidente Sebastián Piñera promulgamos la Ley de Derechos y Deberes del Paciente, en la cual se plasma el valor de la vida humana como principio ineludible y quedo claramente explicito el rechazo a todas las formas de discriminación incluidas la discriminación social y de las personas discapacitadas. Los argumentos de índole materialista que se enarbolan en forma petulante sólo revelan el grave conflicto valórico que presentan médicos que juegan a ser Dios bajo la mirada negligente de la Universidad Católica, la Iglesia Católica y el Ministerio de Salud. Debemos comprender que son escasos los recursos y que son muchos los niños que esperan una oportunidad de tratamiento, pero los niños más vulnerables deben ser sino los primeros, nunca los últimos. Daniela sufrió mucho en su vida, lo cual solo empeora la situación, ya que el Estado que debería haber reparado su daño, ni siquiera le dio la oportunidad de entrar en la lista de espera. “Los niños del Sename deben ser los más ricos, ya que nos tienen a todos para defenderlos y protegerlos y nunca deben volver a quedar fuera de un tratamiento”. Casos como el de Daniela pueden haber muchos otros, no solo en listas de trasplantes, sino que en listas de espera de hospitalización psiquiátrica, tratamientos médicos de especialidad, cirugía, etc. Siempre se encuentran con el mismo argumento, que los deja fuera, “falta de redes de apoyo familiar que aseguren los cuidados”.   Por Dr. Juan Andrés Mosca  Medico psiquiatría infanto-juvenil, Académico Facultad de Medicina U. San Sebastián. Santiago de Chile, 10 de noviembre 2017 Crónica Digital 

Si las encuestas de los últimos 10 meses son fidedignas, la presidencia de Chile volverá a recaer en el magnate conservador Sebastián Piñera, aunque tal vez requiera de una segunda vuelta electoral. Los comicios presidenciales y parlamentarios están a la vuelta de la esquina. El domingo 19 de noviembre será la primera ronda, con un favoritismo notable del exmandatario, con cerca del doble en porcentajes a su más cercano rival. Sin embargo, el hecho de que Piñera alcance preferencias en el orden del 42 por ciento y el senador independiente Alejandro Guillier apenas del 22 por ciento, no es suficiente para determinar el próximo inquilino del Palacio de La Moneda. El balotaje, de ser imprescindible, se efectuará el 17 de diciembre con la esperanza de las fuerzas de centroizquierda de cerrar filas y derrotar al antiguo inquilino del Palacio de La Moneda (2010-2014), quien se apunta en el colectivo Chile Vamos. El problema es mucho más complejo. El senador Guillier cuenta con el apoyo del bloque de centroizquierda Nueva Mayoría (en el poder), pero sin la Democracia Cristiana (DC), que va a las elecciones de forma separada. La senadora Carolina Goic, actual líder de la DC, tampoco parece muy convencida de sumarse al conglomerado que respalda a Guillier, lo que para algunos se trata de una estrategia con miras a conseguir espacios políticos. En solitario, la DC no tendría la misma influencia y la esperanza de que Goic sea la carta contrincante de Piñera en segunda vuelta son muy lejanas. Observadores consideran que el exgobernante se trazó la meta de retornar a La Moneda desde el mismo día en que entregó la banda presidencial a la socialista Michelle Bachelet. Con apariciones furtivas en un inicio, fue ganando terreno de modo paulatino. Piñera dejó siempre el velo enigmático de sus eventuales dudas a regresar al ruedo electoral y no perdió oportunidad para asestar estocadas contra la administración de Bachelet, siempre que vio la posibilidad de obtener réditos. La enorme popularidad de la jefa de Estado, triunfante en las urnas con más de un 60 por ciento de adeptos, decayó estrepitosamente a raíz de un escándalo del presunto tráfico de influencia y corrupción de su nuera y su hijo Sebastián Dávalos. El problema con Dávalos y su esposa estalló en pleno período vacacional de comienzos de 2015 (verano austral). Lo peor es que trajo arrastres. Fue enlodado con la crisis acerca de los políticos y la corrupción. Aunque Bachelet, tras el mal momento personal, reaccionó con energía e hizo todo a su alcance por la transparencia y probidad, no pudo evadir la andanada de críticas de la derecha que era hasta ese instante el foco del asunto. El programa de reformas de la Presidenta fue asimismo escogido como chivo expiatorio de la desaceleración, a pesar de que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió de un panorama sombrío para toda la región. PIÑERA Y ESPECTRO DE CONTRINCANTES La economía de Chile muestra un panorama más alentador de cara a 2018, pero mantiene un ojo […]

Las elecciones de noviembre de 2017 vuelven a poner sobre la mesa la discusión sobre el “diagnostico” y el modelo de sociedad que deseamos para nuestro futuro. Ni siquiera los sesgos tecnocráticos de la prensa logran opacar el hecho indesmentible de que al menos 6 de los 8 candidatos convergen en cuestionar el paradigma “todo poderoso” del mercado, algunos acentúan su solución en más “Estado”, otros en más “Sociedad”. Matices más, matices menos, la apuesta posneoliberal en Chile tiene posibilidades de seguir siendo una realidad si la responsabilidad política cuaja en un gran acuerdo que inspire a la gente a sufragar. Debemos recordar que en 2013 Michelle Bachelet, además de recibir un país en abierta conflictividad como legado del  mal Gobierno de Sebastián Piñera, tuvo la valentía de entender que nuestra sociedad vivía un “punto de saturación histórica” (al decir de la historiadora María Angelica Illanes) un momento en que se manifiesta un fenómeno de progresiva y amenazante desarticulación social junto a una incapacidad y/o ineficacia real de las políticas sociales llevadas a cabo hasta ese momento en vista de un proyecto de desarrollo; lo anterior determina la necesidad de reformular el rol del Estado y el carácter y orientación de las propias políticas sociales. Sostener diferencias respecto al alcance de este esfuerzo es del todo valido, pero no reconocer que se tuvo la capacidad de poner en agenda temas vetados por las elites durante mucho tiempo sería faltar a la verdad. En rigor, gracias a los procesos empujados por la presidenta se recupero parte de la “paz social” que se debe seguir profundizando en nuestro país debilitando los pilares que activan/generan nuestro principal problema para lograr el desarrollo: la desigualdad. Retroceder al inmovilismo, por acción u omisión, no sólo supone una derrota para el Gobierno y su posibilidad de continuidad (como las narrativas más “estrechas” se dan a entender), sino fundamentalmente para los imaginarios de las izquierdas y el centro. Guste o no, la actitud de los actores políticos que coinciden en seguir adelante con el proceso de reformas (entiéndase por esto disputar su celeridad, radicalidad, profundidad, sentido, etc.) debiera ser la buscar un gran acuerdo para seguir ahondando en la proyección reformista, de lo contrario volveríamos al punto muerto de nuestra sociedad que tuvo por años a los gobiernos discutiendo temas que nada tenían que ver con las necesidades más sentidas de nuestra gente. Por otro lado tenemos una tremenda posibilidad: la de vencer al único líder que la derecha ha logrado levantar durante estos últimos años. No sólo es la derecha quien tiene la oportunidad de volver por largo tiempo al Gobierno, sino también nosotros -quienes nos comprometemos desde la izquierda con el proyecto presidencial de Alejandro Guillier- para, adversario alicaído, cambiar los ejes de la discusión pública. El nivel de ataque a nuestra candidatura sólo se explica por la falta de seguridad de las élites en el Gobierno de la Gente. De fondo sabemos que asistimos a una crisis en el “bloque histórico” que cimento nuestro […]

Cuando 191 de los 193  países miembros de las Naciones Unidas, votaron a favor del proyecto de   resolución A/ 72/L30  presentado por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, que solicita la “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial, y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”  es considerada la más aplastante derrota política y diplomática  recibida por el gobierno estadounidense, a escasos nueve meses, desde que asumió la presidencia Donald Trump. El arrogante, injerencista y prepotente discurso de la embajadora Nikki Haley, no solo fue agresivo, y desprovisto de ética profesional, basados en mentiras y añejos argumentos macartistas y calificativos  ofensivos, no solo contra el pueblo y gobierno cubano, también  contra 191 Estados, gobiernos y pueblos, representados en la Asamblea General de las Naciones Unidas, al acusarlos de participar en un farsa.  (O sea que de acuerdo a la lengua española, estos gobiernos son farsantes, payasos, tramposos, entre otros sinónimos de farsa). Su impotencia  llevó a la embajadora Haley, como hacen todos los que no tienen  razón,  huir del plenario y dejar que una subalterna repitiera en la sala,  las acusaciones y el mismo discurso que durante años ha difundido Estados Unidos, la minoritaria extrema derecha  de Miami, amplificada por los medios hegemónicos subordinado a la política imperial de que en Cuba se violan los derechos humanos, la libertad de expresión y la falta de democracia en la isla. Estados Unidos y el gobierno de Trump no tiene ninguna moral para  hablar de tales derechos, que le pregunten a las minorías afrodescendientes, hispanas e islámicas en Estados Unidos sobre las acciones que cometen contra ellos. La alevosa practica hoy  contra los niños, adolescentes y jóvenes nacidos en territorio estadounidense hijos de migrantes indocumentados que  les deportan a sus padres, es una criminal y dolorosa violación de los derechos humanos. La paranoica política de Trump contra sus vecinos de Méjico,  el mundo islámico y en general contra la migración, salvo aquellas excepciones cuando se trata de personal altamente calificado,  es una política  discriminatoria y  atenta  contra la reunificación familiar  como se ha venido denunciando, atenta y viola los derechos universales del hombre.. La firme y clara denuncia del canciller cubano, cuando plantea que el “bloqueo es contrario al Derecho Internacional y su aplicación extraterritorial daña la soberanía no solo de Cuba sino de todos los Estados, así como en el caso cubano es una flagrante masiva y sistemática violación de los derechos humanos al pueblo cubano.  Y califica como un acto de genocidio”. Es aún más grave, cuando esta política de bloqueo, fue determinada por Washington desde el mismo triunfo de la Revolución por intereses económicos y políticos. Así lo reseñaba el entonces subsecretario de Estado Lester Mallory el 6 de abril de 1960, cuando en memorándum proponía a la Casa Blanca: “negarle a Cuba dinero y suministros,  apoyo económico y reducir salarios, con el objetivo de provocar el hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno revolucionario”. Es un claro mensaje de que había que por medio […]

El próximo 27 y 28 de noviembre gran parte de los estudiantes que egresan de IV medio, tendrán que someterse a una nueva versión de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), la cual se inicia el 26 con el reconocimiento de salas. Muchos de estos jóvenes se han preparado en sus propios colegios, mientras otros han tenido la posibilidad de cursar un preuniversitario que les ayude a nivelar aquellos conocimientos y habilidades que posiblemente no alcanzaron a desarrollar en el transcurso de la enseñanza media. Durante el tiempo, se han manifestado una serie de críticas a este sistema de evaluación nacional el cual ha demostrado que quien obtiene un puntaje inferior al deseado, no es sinónimo de un mal rendimiento en la universidad. Muchas casas de estudios reciben estudiantes con puntajes inferiores a los denominados ‘nacionales’ y pese a ello poseen una trayectoria académica exitosa que los lleva más tarde a cursar programas de magister y doctorado. Sin embargo, en nuestro país sigue existiendo esta lógica de medir por medio de pruebas estandarizadas que lo único que hacen es comparar a aquellos estudiantes que tienen un puntaje superior de quienes posiblemente no lo tuvieron. Esta es una macabra forma de evaluar a nuestros jóvenes, en el entendido que el ingreso a la universidad representa una serie de otras habilidades necesarias para el desarrollo de una determinada profesión: poseer habilidades comunicativas, saber relacionarse con el otro, técnicas de estudios, trabajo en equipo, entre una serie de otras competencias que finalmente terminan siendo trabajadas por las universidades en los primeros años de la carrera. Por lo tanto ¿dónde recae la responsabilidad? Lo lógico sería que cualquier estudiante que de la PSU, no debiera realizar un preuniversitario para nivelar lo ‘no aprendido’ en la escuela. Ahora bien, ¿será que el currículo escolar no está siendo abarcado en su totalidad en los colegios? ¿Por qué muchos estudiantes deben ‘repasar’ contenidos a través de ensayos PSU y preuniversitarios? Al respecto tenemos el caso cercano de Argentina, Perú y Uruguay, donde no existe una única prueba, sino que, cada universidad determina los criterios a partir de la carrera que el estudiante elija. En Francia los estudiantes que se ubican entre los 15 y 16 años, son separados con la finalidad de iniciar un ciclo de bachillerato, el cual más tarde será evaluado con un símil a una tesis de una universidad en Chile, ésta es defendida ante un jurado, y si es aprobada se permite el acceso automático a la universidad. Por ahora, solo queda aconsejar a los estudiantes de nuestro país a que el día de la PSU, se sientan confiados en lo que han estudiado; que tienen toda una vida por delante y una serie de alternativas que permitirán que cursen la carrera que por siempre han deseado. Saber que hoy existen no solo universidades estatales en Chile, también están aquellas instituciones privadas en las cuales existe una oferta importante de carreras, y donde muchas de ellas suelen estar mucho más actualizadas al contexto […]

Es de público conocimiento que la publicación de Andrew Wakefield culpando al Timerosal de provocar autismo en niños (1998) fue ampliamente rebatida, y desmentida por la revista Lancet que había publicado el artículo original. Wakefield perdió su licencia médica por haber incurrido en falsificación de datos, información fraudulenta y experimentos reñidos con la ética (2010). La iniciativa parlamentaria de prohibir en Chile el uso de Timerosal en vacunas simplemente desconoció la abundante evidencia de la inocuidad de este preservante. En su momento, Medwave (2014; Vol 14 (2) publicó un artículo reclamando contra una ética política que causaba alarma pública sin respaldo científico, amparada en el llamado ambiguo y desconcertante a la precaución: rechazar el Timerosal ante la incertidumbre de efectos negativos, o mantener los programas vigentes en la incertidumbre de provocar bajas en la inmunidad poblacional. No es efectivo que los movimientos antivacuna hicieran uso de este injustificado descrédito del Timerosal, pues su afán no es contra las inmunizaciones en sí, sino contra la obligatoriedad de los programas. Desagradable sorpresa que el tema científicamente zanjado vuelva a surgir como elemento de política electoral. Si nuestros políticos claman por más ciencia, pero proyectan legislar en desconocimiento de información científica o desoyendo la voz de asesores idóneos, caen en la liviandad y falta de precisión con que hablan de incentivar “la ciencia”, en desatención a aristas económicas, cognitivas y éticas que significa fomentar el quehacer científico sin brújula ni mapa. ¿Un Ministerio de Ciencia cuando nuestras leyes son deficientes en conocimientos científicos?   Dr. Miguel Kottow Centro de Bioética, Universidad Central Santiago de Chile, 7 de noviembre 2017 Crónica Digital  

¿A qué viene el Papa?, ¿qué pude hacer que la Iglesia chilena y sus obispos no puedan realizar? Confirmar nuestra fe se puede hacer sin él, dar un mensaje según el espíritu, anunciar el Evangelio y la persona de Jesucristo, para todo ello no es imprescindible. A santificar al Pueblo de Dios que peregrina en Chile, tampoco. Animar al pueblo católico después de todos los delitos cometidos por personal eclesiástico, requeriría que se cerrara el ciclo de pecados graves, lo que aún no ocurre, y ello es responsabilidad de la Iglesia chilena. No quiero que venga el Papa porque los ánimos no están para que venga. Hay una opinión pública que no sé si es mayoritaria, pero es bastante estridente, que progresivamente ha instalado su agenda y ha hecho una envidiable construcción lingüística de la realidad, por ejemplo, reclamar con voz engolada o por escrito, que Chile es un país laico y que las religiones no tendrían el derecho a emitir sus opiniones públicamente; lo anterior no pasa de ser una ‘patudez’ ya que en su ordenamiento jurídico no se afirma la laicidad del Estado en ninguna parte, con ignorancia o mala fe se equipara la separación de la Iglesia del Estado a haber, por arte de magia, establecido un Estado laico. Un audaz reclamaba a fines del año pasado por los contenidos en clases de religión y pedía que se cambiaran si es que no se suprimían dichas clases, en el fondo lo que quería era censurar unas Epístolas de San pablo porque, según él, ofendían la diversidad reconocida en nuestra sociedad. Para alegar en el Tribunal Constitucional, el Gobierno se consiguió un abogado católico para defender la constitucionalidad de la ley del aborto, en sendas entrevistas explicó las razones jurídicas, aunque no morales ni religiosas, de su acción. La descapitalización moral de la Iglesia y su pérdida de status y de respeto en la sociedad chilena va en directa relación con el descubrimiento de pedofilia, de abusos sexuales y de encubrimientos en que quedaron tocados muchos clérigos de distinto nivel; una respuestas tontas a los casos denunciados –y por muchos conocidos desde mucho tiempo atrás– ayudó al desprestigio generalizado de la Iglesia y a la vergüenza de la comunidad católica. Cada vez que la Iglesia dio su opinión un coro generalizado le decía: “Desde qué moral opinan, limpien su casa antes de alzar la voz”. Además que no sólo el número de católicos ha decrecido, también su formación religiosa. Personas que al persignarse terminan chupándose el dedo, falta de pastorales vocacionales en colegios municipales, más parroquias en los barrios altos que en los pobres y los que dicen “haber estudiado en colegio de curas y monjas” y que se sienten con derecho a releer su paso por esos supuestos colegios en clave pedófila, con abusos como tradición, con bullying o si no patriarcales. Supuestos colegios católicos ya que esos exalumnos no saben que son curas los párrocos, y que las monjas son de claustro. No tiene sentido que […]

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