Cuando muera Pinochet, en estado «grave pero estable» en el Hospital Militar de esta capital, será cremado, según confirmó su hijo Marco Antonio Pinochet, para evitar -dijo- que vayan a profanar su tumba.
En declaraciones desde el Hospital Militar, explicó que esa fue una decisión que Pinochet, quien cumplió 91 años el pasado 25 de noviembre, «manifestó hace ya mucho tiempo».
El diario La Nación recordó hoy que en algún momento se evaluó enterrarlo en los mausoleos familiar o institucional, ambos en el Cementerio General, pero esa posibilidad se desechó «pues sería lugar obligado de protesta y manifestaciones».
A su vez, Lucía Pinochet, hija del ex dictador, agradeció al Gobierno por su decisión de no hablar de funerales mientras su padre esté con vida.
Pero el tema comienza a ocupar cada vez más la atención el gobierno, aunque con la debido discreción: la presidenta Michelle Bachelet dialogó ayer «en privado» con el Jefe del ejército, General Oscar Izurieta.
No obstante, fuentes locales aseguraron que Izurieta, quien ha visitado a Pinochet, informó a la mandataria sobre su estado de salud y ambos hicieron una apreciación de la situación.
Los analistas coinciden en que, probablemente, la mandataria chilena evitará pronunciarse sobre el tema, especialmente precisiones sobre el eventual entierro de Pinochet.
El año pasado, siendo candidata a la presidencia, Bachelet fue categórica al señalar que «a los chilenos los violentaría, y no sólo a mí, rendir honores a una persona involucrada en procesos por violaciones de los derechos humanos y sobre dineros fiscales».
Al parecer, el tema ya fue abordado en al menos dos ocasiones anteriores por el Ejército y el Gobierno: en marzo, cuando la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, e Izurieta asumieron sus cargos, y en agosto último.
Blanlot explicó que, como ex comandante en jefe del Ejército, Pinochet tendrá «un funeral y honores del cargo y eso no está en discusión».
Dijo, sin embargo, que los honores de Estado o el duelo nacional están regulados como situaciones excepcionales y que, por tanto, se analizan caso a caso.
«Se evalúa, básicamente, en función de la percepción nacional respecto del personaje y su importancia, el afecto, apego, aprecio y respeto que concita a nivel de toda la ciudadanía», agregó.
Anunció que «si el Ejército le rinde honores como ex comandante en jefe, como ministra de Defensa acompañaré a la institución» y precisó que no pronunciaría un discurso, pues «estas situaciones son muy dolorosas para la familia y no corresponde estar haciendo discursos».
Por su parte, el ministro del Interior, Belisario Velasco, opinó que considerando «una leve mejoría» en el estado de salud de Pinochet, no corresponde adelantarse a hechos como su sepelio.
Santiago de Chile, 5 de diciembre 2006
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