Esperamos continuar profundizando nuestra relación bilateral y, como siempre, queremos avanzar hacia una alianza estratégica, porque creo que los países cooperando juntos podemos trabajar -también junto con el resto de los países de Sudamérica- para resolver los desafíos que tenemos, dijo.
Según informó ayer el palacio de La Moneda, la mandataria planteó su satisfacción de estar presente en lo que calificó como una verdadera fiesta de la democracia.
También valoró el nivel de las relaciones entre ambos países y recordó que estuvo en Quito «apenas hace cinco meses y establecimos un conjunto de acuerdos en términos de continuar avanzando en lo que era un acuerdo de complementación económica a uno de mayor calidad, de mayor profundidad».
En el plano multilateral, indicó que dentro de unos días volverá a reunirse con el Presidente Correa, en el contexto de la XXXI Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR, que se realizará el 18 y 19 de enero en Río de Janeiro, para seguir trabajando «por una Sudamérica unida, integrada».
Según el comunicado de La Moneda, subrayó que «estamos trabajando, ya no sólo en temas bilaterales, sino también temas multilaterales: cómo enfrentamos el conjunto de desafíos que son globales, como la lucha contra la pobreza y el subdesarrollo de nuestra región».
Estamos seguros de que la reunión en Río de Janeiro podrá permitir avanzar unos pasos más en esta dirección, remarcó.
Consultada sobre su visión respecto de la posición política de los nuevos gobiernos de la región, señaló que «todos los gobiernos democráticos electos en el último periodo -y estoy hablando de un período amplio- tienen gobiernos de corte progresista».
Destacó en este sentido que «lo fundamental es que son todos gobiernos electos por los ciudadanos, democráticamente y en elecciones reconocidas y respaldadas por la OEA, por los observadores internacionales».
Aañadió que «es auspicioso para América Latina que tengamos gobiernos democráticamente electos».
La mandataria chilena precisó, sin embargo, que hay diferentes maneras de enfrentar los desafíos que cada país tiene.
Planteó que la mayoría de las naciones latinoamericanas buscan las fórmulas que les permitan enfrentar las reformas estructurales que se realizaron en décadas anteriores sin los necesarios ajustes sociales, para mejorar hoy la calidad de vida de sus habitantes.
Bachelet señaló que en el caso chileno «a las reformas estructurales, que se mantienen algunas porque obviamente responden al nuevo mundo, a la nueva realidad, se agregan otras y, a la vez, se va de la mano permanentemente con reformas de tipo sociales».
Santiago de Chile, 16 de enero 2007
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