Logramos poner el tema en la discusión pública, tras años de arbitrario silencio. Muy pocos se acordaban que los procedimientos abortivos con fines terapéuticos destinados a salvar la vida de madres puesta en riesgo por causa de embarazos complicados estaban autorizados en Chile desde 1931 a 1989. Pero el Régimen Militar, a través de Pinochet y el Almirante Merino, lograron abolir esta disposición, siendo la Concertación incapaz de replantear de una manera inteligente este debate en 16 años de democracia, analizó.
Sin embargo, lamentó que todavía existan sectores conservadores y censuradores que intentan evitar que se discuta sobre este tema. Hay un sector no representativo de la ciudadanía, liderado por la derecha junto a un sector de la DC, que intenta arrogarse el derecho de expropiar el debate, de censurar las ideas, de insultar a quienes opinan distinto a ellos. No me extraña que la derecha asuma esta postura, sí me impresiona que la derecha actual sea incluso más conservadora que los propios constituyentes.
En el caso específico de la reacción histérica de algunos democratacristianos, Enríquez-Ominami cree que ciertos DC creen tener el monopolio de la verdad y niegan la capacidad de discernimiento moral a quienes no sigan sus encíclicas. Eso es grave, pero más grave aún es el hecho de imponer sus convicciones a toda una sociedad que no necesariamente entiende que debe vivir sus vidas a la manera democratacristiana.
Asimismo aclaró que cuando se entra al delicado terreno de lo que criollamente se ha denominado temas valóricos, algunos de estos DC demuestran su falta de compromiso con el respeto a la diversidad y su soberbia moral. Se nos acusa de rupturistas, de enemigos de la Concertación, de separatistas; todo por tratar de dar forma a un proyecto que tiene sus raíces más profundas en los principios que inspiraron el nacimiento de la coalición: la lucha por recuperar la libertad y devolverle la diversidad al país.
El parlamentario socialista fue enfático en destacar que «no permitiremos que grupos extremadamente conservadores intenten entorpecer el debate y diálogo transparente que hemos querido establecer, para que en forma democrática definamos el tema del aborto terapéutico, el cual lo único que busca es proteger los derechos de las mujeres».
En este sentido, fue enfático en destacar que detesto el aborto en todas sus formas, nadie en su sano juicio puede estar a favor del aborto, todos creemos que es una práctica que, idealmente, debiera ser erradicada. Sin embargo, ante nuestro pesar debemos comprender que en Chile, el aborto es una realidad. En efecto hay cifras que indican que se practican más de 160 mil abortos al año y la tasa de muerte por embarazo más alta corresponde a la de abortos mal practicados, en clínicas clandestinas.
La iniciativa de los diputados socialistas Enríquez-Ominami y Clemira Pacheco, de los radicales Alberto Robles, Alejandro Sule y Marcos Espinosa, y los PPD Guido Girardi Briere y René Alinco busca establecer un régimen que asuma las situaciones límite en que se encuentran las mujeres en aquellos casos en que existe riesgo para su vida o un grave deterioro de su salud, de manera de autorizar que interrumpan voluntariamente su embarazo.
Valparaíso, 22 de enero 2007
Crónica Digital , 0, 13, 3