En la oportunidad, el presidente las Urracas de Meaux, José Aravena, realizó una exposición sobre la historia de las Urracas en Chile. Por su importancia para el mundo social y político local, Crónica Digital reproduce el discurso de José Aravena.
GRACIAS ABATE PIERRE
En los primeros años de la vida de Las Urracas, a fines de la década del 50; nos encontrábamos apoyando las luchas de los pobladores sin casa que ocupaban terrenos vacíos para instalar sus viviendas y construir un espacio para crecer y compartir.
Eran tiempos de agitación social y política en Chile, gran migración del campo a las periferias de las grandes ciudades.
En la zona sur de Santiago se comenzaba a desarrollar un grupo de jóvenes estudiantes y trabajadores que quería servir a sus semejantes: Las Urracas.
Una parte de Las Urracas estaban instalados en una pequeña comunidad en La Población La Victoria, lugar que fue a visitar el Abbé Pierre en su primera visita a Chile en agosto de 1959, invitado por la Iglesia de Santiago.
Estuvimos con el personaje, escuchamos su mensaje y estudiamos la experiencia a través de libro los Traperos de Emaús de Boris Simon.
A fines de septiembre de ese año, en una de las primeras jornadas realizadas en Urracas, se decidió que dos compañeros fueran a conocer la vida y el oficio de Traperos a Francia.
Luego de compartir desde adentro la experiencia y la vida de traperos, de tener la oportunidad de estar en varias ocasiones con el Abbé Pierre; al regreso de esta experiencia nació la primera Comunidad de Trapería en Santiago: mayo 1961.
Queríamos ser autónomos, vivir de nuestro propio trabajo y este fue el comienzo de la experiencia de construir la Autosuficiencia.
Se trataba de respaldar el compromiso social con una infraestructura que diera sustento humano, material y financiero; para mantener la independencia y autonomía frente y a los poderes de la sociedad.
Otra enseñanza que nos entregó la visión del Abate Pierre y de los compañeros de Emaús, fue la Regla de Vida en que se expresa el pensamiento central del Movimiento:
Frente a cualquier sufrimiento humano, responde en lo inmediato y luchar por destruir sus causas.
En este planteamiento está el aporte fundamental para el quehacer social:
* El servicio, como respuesta urgente a una necesidad humana y social. Es el corazón que actúa.
* La lucha contra las causas que generan situaciones de miseria o injusticia. Es la lucha política. Es la cabeza que nos obliga a buscar respuestas colectivas. Sentimiento y racionalidad; lo inmediato y las causas; el corazón y la cabeza; son elementos fundamentales para la Acción.
Sin estos dos elementos; el Servicio y la Lucha Social y política no hay respuesta Emaús.
Nuestro único homenaje a la partida del fundador de Emaús en el mundo es reafirmar nuestro compromiso por la Acción Transformadora de esta sociedad generadora de injusticia y exclusión; depredadora de la vida y de la naturaleza.
Gracias Abate Pierre
Las Urracas
Santiago de Chile, 03 febrero 2007
Prensa Latina
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