De todas partes le llegan agasajos y felicitaciones por sus 80 años, que cumplirá el próximo martes en un 2007 en el cual coinciden el 25 aniversario de su Nobel de Literatura (1982) y el 40 de Cien años de soledad, ese universo tangible por obra de la literatura.
Sus amigos cartageneros añadieron otra fecha no menos recordable, los 60 de su primer cuento (La tercera resignación) publicado en el diario El espectador, de Bogotá, el puente que lo lanzó de lleno en brazos de un periodismo radiante, innovador, afilado.
Con tantos aniversarios en la diana, a Gabo no le ha quedado más remedio que someterse a los homenajes que tendrán su epicentro en marzo, pero prometen prodigarse durante todo el año como esos aguceros proverbiales de Isabel viendo llover en Macondo.
Forzado por ellos tendrá que abandonar la sombra discreta de los festejos en familia o rodeado de amigos, y salir a la luz pública venciendo su natural timidez, tantas veces confesada.
Gabo detesta las exhibiciones en público, afirma su colega y biógrafo Dasso Saldívar.
Cartagena y La Habana son las ciudades donde el se siente como en casa, con la diferencia -agregó- de que, mientras en la Habana lo dejan estar, en Cartagena lo asedian.
Nada más natural, si se piensa, que los cartageneros lo sienten como un símbolo suyo, un icono de carne y hueso, viviente y respirante al alcance de la mano, más allá de la faman y la leyenda.
En lo personal, García Márquez ha decidido festejar sus 80 de la manera más consustancial a su persona: empezando a escribir el segundo tomo de sus memorias, que tendrá el formato de fogonazos iluminadores de vivencias de su pasado, después de 1955.
Debido a compromisos anteriores, estará ausente del festival de Cartagena de Indias, donde se le rendira tributo; pero a fines de mes y en esa misma ciudad consagrada por su producción literaria, el IV Congreso Mundial de la Lengua le rendirá honores.
Ese será el núcleo principal de la reunión de académicos que convocará, a la par, a los reyes de España, a jefes de Estado, a escritores y artistas juntados en pléyade, con Gabo en el centro.
El colofón lo aportará una edición popular de Cien años de soledad, con un tiraje de medio millón de ejemplares, revisada por Gabo y con fragmentos del texto de Mario Vargas Llosa sobre la novela, Titulado García Márquez, la historia de un deicidio.
También incluirá escritos del director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, y Claudio Guillén, recientemente fallecido.
En Cartagena se ha organizado, de fines de junio a principios de julio, un diplomado que abarcará temas principales de su obra y su vida, diálogos con críticos y especialistas, y un recorrido por la topografía y la ruta de sus desvelos caribeños.
En España, el lunes venidero se hará una lectura ininterrumpida de Cien años de soledad, en la Casa de América, en Madrid, en la que participarán figuras de la política y la cultura como la vicepresidente del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
A ella se unirán la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, las actrices Mercedes Sampietro y Marisa Paredes y el cineasta Montxo Armendáriz.
No habrá quien libre a García Márquez de tantos homenajes.
Madrid, 3 de marxo 2007
Prensa Latina , 0, 16, 9