El encuentro entre ambos mandatarios ha sido anunciado como la principal actividad de la visita de 24 horas de Bush a Brasil que termina con un recorrido por una terminal paulista de PETROBRAS.
Según Itamaraty, los jefes de estado discutirán cómo profundizar la cooperación bilateral en el área de biocombustibles y las negociaciones de la ronda de Doha sobre Comercio Mundial.
También hablarán de la reforma de Naciones Unidas y la aspiración brasileña a ocupar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad y revisarán las actividades de grupos de trabajo creados durante la visita de Lula a EE.UU. (2003) y de Bush a Brasil (2005).
La Cancillería anunció que en el plano regional hablarán sobre la necesidad de intensificar la cooperación trilateral con Haití en materia de educación, salud y saneamiento.
Al final del encuentro está prevista la firma de un memorando de entendimiento bilateral para avanzar en la cooperación en materia de biocombustibles.
El etanol ha cobrado importancia para ambos con la idea de crear un mercado del producto, pero existen roces por la negativa de Washington a bajar los impuestos a esa importación.
Se dice que Bush desengavetó el proyecto de alianza sobre etanol para disminuir la dependencia estadounidense del petróleo y responder a clamores del electorado en el área ambiental.
Brasil también tiene compromisos ecológicos y para contrarrestar el recalentamiento global disminuye la deforestación y promueve energía menos contaminante, pero además responde a intereses económicos.
Y es que el Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC) económico que impulsa Lula debe cumplirse a base de inversiones y no se pueden desestimar las estadounidenses.
Según economistas, Brasil necesita construir muchas fábricas antes del 2010 para alcanzar una producción de ocho mil millones de litros de etanol que atienda la demanda de autos que usan biocombustibles.
En materia de comercio, Brasil tiene un superávit de nueve mil 700 millones de dólares a su favor en la balanza con Estados Unidos, pero pierde 250 millones en impuestos cobrados allí al etanol.
Esa actitud proteccionista, que incluye además fuertes subvenciones a sus productores agrícolas es precisamente la principal traba de Washington a las conversaciones sobre comercio mundial.
El Gobierno brasileño espera que Bush de una señal positiva que permita concluir la ronda de la Organización Mundial del Comercio y atienda los reclamos de reformular las Naciones Unidas.
Se sabe que Bush trae intenciones políticas que no esconde y ya Lula aclaró que no discutirá con él sobre Venezuela y otros aliados del MERCOSUR por respeto a la soberanía de cada pueblo.
También el gobierno brasileño dio una respuesta aleccionadora al no reconocer la víspera un unilateral informe norteamericano de derechos humanos y exhortar a ese país a abrirse a los relatores de la ONU.
Pero es difícil que Bush se abstenga en sus pretensiones y toque puntos delicados, máxime cuando Estados Unidos exige a Brasil más acciones contra la piratería, narcotráfico y lavado de dinero.
La Embajada estadounidense insiste en que en la triple frontera (Argentina-Brasil-Paraguay) el contrabando sirve para financiar el terrorismo. Itamaraty niega que eso haya sido comprobado.
Sao Paulo, 9 mayo 2007
Prensa Latina , 0, 21, 11