dijo que aunque estaba prófugo de la justicia, José Huenchunao no ha matado ni ha robado a nadie. Además su causa es una causa justa, que si se sigue insistiendo en militarizar y judicializar como hasta ahora, sólo tendrá como resultado final el fracaso y el repudio de la comunidad internacional preocupada de los pueblos originarios.
El martes 20 el dirigente de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) fue detenido tras varios años de trabajo conjunto del Ministerio Público, la Policía de Investigaciones, Carabineros y autoridades del Ministerio del Interior, quienes en los últimos meses habían ordenado la militarización de la zona de Lleu-Lleu.
El legislador recordó que conozco a José Huenchunao desde los tiempos de la universidad».
Dijo que coincide con él en ese sentimiento de frustración y de impotencia «cuando uno ve que desde distintos sectores sociales y políticos creen que con fuerzas especiales, con canastas familiares o algunos subsidios esto se puede resolver.
Sobre la fotografía de Huenchunao abordando un helicóptero esposado y rodeado de fuerzas especiales fuertemente armadas, el parlamentario señaló que «Ni cuando se detuvo a Manuel Contreras, que es un asesino y un torturador, con responsabilidad en la muerte de ciento o miles de personas, hubo tal despliegue policial».
«Esto sólo contribuye a seguir estigmatizando a las comunidades indígenas y a alejar las posibilidades de diálogo. Hacer aparecer a Huenchunao como el símbolo de la violencia es una imagen falsa, la violencia está en la intolerancia, en la falta de voluntad y en la negativa de algunos a reconocer los derechos de los pueblos originario, apuntó.
Navarro lamentó que ocurran estas situaciones, porque aunque muchos no lo quieran ver afecta la imagen internacional de Chile. Pareciera que no es suficiente ser uno de los pocos países en no ratificar la Corte Penal Internacional, no entregar reconocimiento constitucional a los pueblos originarios y no ratificar el Convenio 169 de la OIT, ahora seremos cuestionados por el trato que se brinda a las comunidades indígenas, como de hecho ya ha ocurrido. Sólo basta recordar el informe del relator especial de la ONU Rodolfo Stavenhagen y de Human Rights Watch sobre la materia, a lo que se suman los últimos tres informes de la Federación Internacional de Derechos Humanos que son explícitos respecto de esta situación.
Santiago de Chile, 27 de marzo 2007
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