Cerca de 200 actos de protestas se realizaron ayer en el país bajo la consigna «Basta de represión a la demanda social, no a la impunidad».
«El estaba haciendo lo que correspondía y por pensar de una determinada forma, fue fusilado. Eso evidentemente no puede ni debe pasar nunca más en Argentina», afirmó el presidente Néstor Kirchner, en alusión al profesor Carlos Fuentealba.
Kirchner llamó «a todos los sectores a la convivencia, a la racionalidad».
Fuentealba, de 41 años, falleció el pasado jueves tras recibir en la cabeza el impacto de una granada de gas lanzada por la policía cuando el día 4 reprimía en Neuquén una movilización de maestros, en demanda de mejoras salariales.
Por el hecho de sangre fue detenido el sargento Darío Poblete, presunto autor del disparo que dejó sin vida al profesor de química.
Los docentes de todos los niveles de enseñanza realizaron este lunes una huelga y por vez primera se unieron en paro la mayoritaria Confederación General del Trabajo y la independiente Central de Trabajadores Argentinos.
Trascendió que la inacción en el sector de educación tuvo un alto acatamiento y miles de personas se sumaron a las marchas de repudio.
«Nunca más» se leía en un cartel al frente de una movilización de sindicatos y organizaciones sociales en el centro de Buenos Aires.
Todos los mítines en el país clamaron por la renuncia del gobernador neuquino, Jorge Sobisch, quien insistió en mantener su candidatura a presidente.
Si tuviera que volver a dar la orden de represión, la daría por respeto a la Constitución, declaró Sobisch, quien justificó la violenta acción policial.
«A Carlos lo fusilaron», dijo Sandra Rodríguez, esposa de Fuentealba, en un acto que congregó a más de 20 mil personas en Neuquén, donde aparecieron pintadas de negro, en señal de luto, puertas y ventanas de la gobernación.
Buenos Aires, 10 de abril 2007
Prensa Latina
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