Escrutado el 91,2% de los votos emitidos, el ex ministro del Interior se adjudicaba el 53,2% con lo cual obtiene el derecho a suceder a Jacques Chirac al frente del Elíseo.
Sarkozy asumirá el poder el próximo 16 de mayo. Ségolène Royal deseó éxito al nuevo mandatario y le instó a trabajar por los franceses.
Tras su clara victoria sobre la socialista Royal, Sarkozy prometió ser «el presidente de todos los franceses. No es la victoria de una Francia contra otra, sino de la democracia», aseguró el presidente electo, de 52 años, al llamar a todos sus compatriotas a unirse a él para volver a poner a Francia «en movimiento» y hacer realidad el «cambio» que el candidato de la «ruptura» les prometió en la larga y dura campaña electoral.
Reafirmó su voluntad de restablecer los valores de «trabajo, respeto y mérito», así como la «identidad nacional», para sacar al país de la crisis económica y social en un discurso ante sus entusiastas seguidores cerca de la sede parisina de su partido, Unión por un Movimiento Popular (UMP), previo a una cena y una fiesta popular para festejar su triunfo en la emblemática Plaza de la Concordia.
En la V República sólo han ocupado la más alta responsabilidad francesa cinco personas, Charles de Gaulle (1958-1969), Georges Pompidou (1969-1974), Valery Giscard d Estaing (1974-1981), Francois Mitterrand (1981-1995) y Jacques Chirac (1995-2007).
De tal forma Sarkozy inscribe su nombre en la historia francesa por un período de cinco años, con derecho a reelección. Aunque tiene la facultad de designar al primer ministro, deberá confiar en que su partido alcance una posición prominente en las legislativas.
Coherente con su plataforma conservadora, con tintes cambiantes hacia sus ideas liberales o en el compromiso ineludible con las clases más poderosas, asumirá la jefatura de Estado en medio de grandes expectativas.
Titular de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), dinámico y provocador, Sarkozy se comprometió a lanzar una «ruptura tranquila», guardando distancias sobre los manejos de Chirac, quien termina con bajos índices de popularidad.
Anticipa también un nuevo modelo social basado en el trabajo, el orden y la autoridad. Precisamente son esos los aspectos que más temen no pocos franceses, que consideran a Sarkozy una amenaza a las conquistas de tantos años y enemigo de los inmigrantes.
Sus correligionarios lo consideran un hombre de gran energía y honesto que sabrá dar seguridad a los ciudadanos y sacará a Francia de su actual crisis económica.
De madre francesa y padre húngaro, además de orígenes griegos, Sarkozy tiene una experiencia de más de tres décadas en la vida política.
A los 19 años ya dirigía las juventudes de la derecha francesa y a los 28 se convirtió en alcalde de Neuilly sur Seine, una ciudad burguesa a las afueras de París.
Cuando asumió la dirección de la UMP en el 2004 comenzó a hilvanar con más intensidad la idea de postularse para la presidencia de Francia. Poco a poco, fue desbrozando el camino y con gran habilidad quitó del medio a poderosos rivales.
Entre ellos al premier saliente, Dominique de Villepin, y al propio Chirac.
Está casado actualmente con Cecilia, de nacionalidad española, pero el matrimonio pareció naufragar años atrás y es una de las incógnitas de los franceses.
Paris, 7 de mayo 2007
Crónica Digital / PL
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