DEFENSA JURÍDICA GRATUITA Y DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS ABOGADOS

En tal sentido, tenemos la Corporación de Asistencia Judicial, la Defensoría Penal Pública, el Servicio Nacional de Menores, el Servicio Nacional de la Mujer, así como también el servicio del abogado de turno. Sin embargo, esta última institución no ha sido correctamente aplicada por nuestros tribunales, pues la interpretan al punto de vulnerar los derechos fundamentales de los propios abogados.

A vía ejemplar, el pleno de la Corte Suprema acordó que resultaba apropiado que los jueces de familia designen abogados de turno en los procedimientos que tramitan, lo que fue objetado acertadamente por el presidente del Colegio de Abogados. Se esgrimió que es una carga ilegítima e ilegal, pues implica asumir la obligación de ejecutar un trabajo en forma gratuita, y que este sistema existe sólo para las causas civiles y del trabajo, pero no lo contempla para las de familia. Por ello, el oficio del colegio profesional solicitó instruir a los Tribunales de Familia de todo el país para que se abstuvieran de designar abogados de turno y, en vez de ello, derivasen a las personas calificadas por la ley para obtener asesoría gratuita, a las Corporaciones de Asistencia Judicial o instituciones que prestan este tipo de servicios.

En igual sentido, días atrás, el Consejo General acogió el amparo profesional presentado por una abogada asociada que había sido designada como abogado de turno en materia penal, pese a que se encontraba alejada de la profesión, y se ha dedicado a su familia. Pero al parecer los derechos fundamentales no existen para ella, pues la corte rechazó que se le eximiera de la carga del turno.

En la actualidad hay una clara tendencia a profesionalizar la intervención de la defensoría letrada ante los tribunales y no vemos por qué la judicatura de familia quede excluida de ella. Más aún, esperamos que se modifique o suprima el sistema de práctica en las corporaciones de asistencia, que están basadas en planteamientos opuestos a la libertad de trabajo, igualdad ante las cargas públicas y debida defensa en juicio. Los supuestos fácticos bajo los que operaba décadas atrás son actualmente insostenibles.

La justicia no puede sustentarse en la vulneración de la igualdad ante la ley, ya que los estudiantes en práctica de las demás profesiones muchas veces tienen al menos una remuneración mínima, seguridad social y no trabajan gratuitamente para el Estado. Dicha situación debe corregirse a la brevedad y, en tal sentido, la intervención de los colegios profesionales es vital para ello.

Por: Carlos López Díaz, profesor de Derecho Civil de la Universidad Central

Santiago de Chile, 30 de mayo 2007
Crónica Digital , 0, 267, 3

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HUGO CHÁVEZ Y LO POLÍTICAMENTE INCORRECTO

Mié May 30 , 2007
Bajo el rótulo de lo «politically correct» se engendró un conjunto de límites y normas, subjetivas, pero efectivas y reales, que buscaron que todo discurso público, sea del partido que sea, se llenara de eufemismos, bajo la excusa de impedir que alguien se pueda ofender. De esta forma se consolidó discursivamente el pensamiento único liberal. Se instaló un pacto tácito que supuso que «todo el mundo» está de acuerdo en los tópicos a abordar en público y en la forma de hacerlo, lo que permitió eliminar del habla de los políticos todo tipo de conflicto, especialmente los que están ligados a las desigualdades y discriminaciones por clase, raza, género o posición ideológica. Por arte de magia pasó a ser políticamente incorrecto discutir “ciertas cosas”: entre otras, el valor sacrasanto de la propiedad privada, el rol del mercado como “asignador de recursos”, el papel “subsidiario” del estado, la democracia representativa y un largo etcétera de instituciones y valores intocables. Entre estos últimos se instaló la “libertad de expresión”, desprendida de su contexto social y convertida en una dimensión más del derecho de propiedad. Esta es la razón por la cual la decisión del gobierno venezolano de no renovar la concesión al canal RCTV causa tanto descontrol en la prensa internacional. Es difícil pensar en una decisión que resulte tan “politicamente incorrecta”. A tal punto que todo político oportunista, que se precie de su corrección, ha saltado a la palestra estos días para condenar este “pernicioso atentado a la libre expresión”. Venezuela es hoy por hoy la capital de lo «políticamente incorrecto», nadie lo duda. Por algo Vargas Llosa Jr. ha denominado al presidente Chávez el “idiota perfecto de América Latina”. Idiotez que se transforma en halago si se analizan las razones por las cuales se le ataca. Hugo Chávez ha devuelto su lugar en la sociedad a palabras que fueron sistemáticamente desterradas del léxico político, empezando por Socialismo, entendido como sistema económico y político, y no sólo como etiqueta electoral vaciada de todo significado. Y su último atentado ha sido demoler públicamente la hipocresía que entraña la “libertad de expresión” entendida de forma liberal. Y lo ha hecho sin importarle en lo más mínimo las diatribas mundiales que rugen ante la violación de uno de sus dogmas más sagrados. El caso RCTV ha obligado al mundo a repensar la libertad de expresión en su formulación actual, que ha vaciado de contenido el derecho a la comunicación para convertirlo en otro “derecho” individual y formal, desprovisto de toda exigibilidad para la mayoría de la población. El universalismo abstracto y políticamente correcto de la “libre expresión” debe ser deconstruido. Por sobre la libertad del individuo debe garantizarse la capacidad efectiva de información y comunicación para todos y todas. Es decir, esta coyuntura nos obliga a pensar en los derechos colectivos de información y expresión, que superan la concepción dominante, meramente individualista y procedimental de este derecho. En una sociedad donde no existen los derechos colectivos, la libertad de expresión del señor Marcel Granier, […]

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