He sostenido y lo reafirmo sobre esto que nuestra Cancillería se encuentra dominada por una orientación ideológica sesgada y conservadora que le impide jugar el rol amplio y dinámico que el país necesita, tanto con nuestros vecinos como en el proceso de integración Sudamericano hoy conformado en la Unión Sudamericana de Naciones (UNASUR).
Subsiste a nivel de dirección política en la Cancillería una política marcadamente conservadora y con un sesgo ideológico extraordinariamente delicado y negativo, el cual se expresa particularmente en relación a nuestra relaciones bilaterales con Venezuela., Cuba y en menor medida con Ecuador y Bolivia. Esta visión conservadora también se refleja en las posturas que se adoptan frente a múltiples debates y concepciones multilaterales; tales como enfoque institucional sobre UNASUR, negativa a ingresar al Banco del Sur, diferencias de enfoques sobre la integración gasífera y petrolera del Sur, el tema de Telesur, y el intento de contraponer la prioridad Asia Pacifico versus la integración prioritaria con los países de América del Sur. Lo anterior también se refleja en el manejo de temas internacionales relevantes tales como los intentos de acuerdo con los EEUU para otorgar mayor inmunidad a personal militar de ese país en contraposición al TPI.
En síntesis, la cancillería chilena ha asumido una postura defensista y retardataria en un conjunto no menor de temas centrales para el proceso de integración priorizado en el Programa de Gobierno de la Propia Presidenta de la República.
Sobre el rol de los Socialistas en la Política internacional.
Los socialistas constituimos una organización que se encuentra desde sus orígenes fuertemente identificada con la solidaridad internacional , con las luchas de los trabajadores y el movimiento popular, los movimientos anticolonialistas y de liberación y todas las causas que buscan afianzar las independencias nacionales, la superación del capitalismo y la construcción de sociedades más justas y democráticas.
Como socialistas del siglo XXI, buscamos rescatar y renovar muestro patrimonio como fuerza de izquierda, socialista y democrática de profunda inspiración bolivariana forjado durante décadas en América Latina y el mundo.
Reafirmamos el sentido y la necesidad de la activa política internacional que ha venido desarrollando el Partido Socialista de Chile, orientada a consolidar las relaciones políticas con las fuerzas de izquierda y progresistas en América del Sur, América Latina y el Caribe .
En el ámbito político multilateral somos parte de referentes plurales como la Internacional Socialista (IS), el Foro de Sao Paulo (FSP), la COPPAL y la Coordinación Socialista Latinoamericana. Estas instancias constituyen espacios en donde confluyen las fuerzas de izquierda y centro izquierda, nacionalistas y progresistas. Estos espacios e instancias reflejan también el arco de pluralidad que se representa en el propio socialismo chileno. Nuestra política bilateral se funda en el respeto reciproco, la colaboración y la autonomía enriquecida a través de una cooperación y dialogo amplio con partidos y movimientos, dirigentes sociales e intelectuales progresistas, de izquierda y de centro izquierda.
A través de una política amplia y autónoma en América del Sur y por el enorme prestigio internacional del compañero Salvador Allende, los socialistas aspiramos a transformarnos en punto de encuentro y concertación de fuerzas de inspiración socialista, de izquierda y progresistas que integran referentes internacionales o regionales o se encuentran fuera de éstos.
Para los socialistas la integración sudamericana constituye un imperativo y una referente común indispensable frente a los desafíos de una globalización con un rasgo marcadamente neoliberal y excluyente de las grandes mayorías en nuestro continente. Para nosotros la integración no es fomentar una mayor externalización de capitales y exportaciones y aquello hacerlo desde lógicas supuestamente conjuntas. Se trata, en lo principal, de construir alianzas productivas entre capitales nacionales y Estados, fomentar desarrollo y asociatividad regional de micro, pequeñas y medianas industrias, ampliar nuestros propios mercados en Sudamérica, recuperar nuestros aparatos productivos y el control progresivo de nuestros bienes y recursos naturales.
Las recientes victorias y avance de las fuerzas progresistas, de izquierda y centro izquierda en América del Sur y América Central han comenzado a cambiar sustantivamente la fisonomía de nuestro continente con nuevos liderazgos para la integración sudamericana. Lula da Silva y el PT en Brasil, Michelle Bachelet y la Concertación en Chile, Néstor Kirchner en Argentina, Tavaré Vásquez y el Frente Amplio-EP en Uruguay, Evo Morales y el MAS de Bolivia, Hugo Chávez y el hoy Partido Socialista Unido de Venezuela, Rafael Correa y Alianza País en Ecuador, Alan García y el APRA en el Perú, Daniel Ortega y el FSLN.
Santiago de Chile, 31 de mayo 2007
Crónica Digital , 0, 47, 3