Hemos resuelto llamar la atención al país frente a las declaraciones de personeros de la UDI respecto del señor Iturriaga Neumann. El señor Iturriaga Neumann está condenado por la Justicia por delitos de violación grave de los derechos humanos en Chile. Las declaraciones de la UDI, de diputados y senadores, amparan la impunidad y se hacen, de alguna manera, cómplices de la violación de los derechos humanos, señaló Bitar.
Añadió que la Concertación respalda firmemente lo actuado por los tribunales. Aquí se han dado todas las garantías del debido proceso, que jamás se respetaron en dictadura, donde ni siquiera existieron los recursos de amparo.
En tal sentido, queremos que la ciudadanía esté atenta de que quienes han hecho esas declaraciones son todos funcionarios del tiempo de Pinochet. Y que nos debemos preguntar si con este enfoque tienen autoridad y qué pasaría en Chile si llegaran a gobernar. Creemos que esto no resiste ninguna otra actitud que la de condenar el irrespeto a los tribunales por parte de Iturriaga Neumann, que debiera estar en la cárcel, y llamar la atención a quienes parecieran tener todavía resabios de tiempos pasados que todos los chilenos rechazamos, concluyó Bitar.
Santiago de Chile, 18 de junio 2007
Crónica Digital , 0, 34, 3
Lun Jun 18 , 2007
Crónica Digital transmite a continuación el texto íntegro: NO TENDRAN JAMAS A CUBA Espero que nadie diga que arremeto gratuitamente contra Bush. Comprenderán sin dudas mis razones para criticar duramente su política. Robert Woodward es un periodista y escritor norteamericano que se hizo famoso por la serie de artículos publicados en el Washington Post suscritos por él y Carl Bernstein , y que finalmente condujeron a la investigación y renuncia de Nixon. Es autor y coautor de diez best-sellers. Con su temible pluma se las arregla para arrancar confesiones del entrevistado. En su libro Estado de Negación, afirma que el 18 de junio del 2003, a tres meses de iniciada la guerra de Iraq, saliendo de su despacho en la Casa Blanca después de una importante reunión, Bush da unas palmaditas en el hombro de Jay Garner, y le dice: Oye, Jay, ¿quieres hacer lo de Irán? Señor, ya los chicos y yo hablamos sobre el tema y queremos esperar por Cuba. Pensamos que el ron y los tabacos son mejores. Las mujeres son más bellas. Bush respondió: Lo tendrás. Tendrás a Cuba. A Bush lo traicionó el subconsciente. Era lo que pensaba desde que declaró lo que debían esperar decenas de oscuros rincones donde Cuba ocupa un lugar especial. Garner, un general de tres estrellas recién retirado al que había nombrado Jefe de la Oficina de Planificación para la Posguerra en Iraq, creada por una Directiva Presidencial de Seguridad Nacional secreta, era considerado por Bush un hombre excepcional para llevar a cabo su estrategia bélica. Designado para el cargo el 20 de enero del 2003, fue sustituido el 11 de mayo de ese mismo año a instancias de Rumsfeld. No tuvo el valor de explicarle a Bush sus fuertes discrepancias sobre la estrategia seguida en Iraq. Pensaba en otra con idéntico propósito. En las últimas semanas miles de infantes de marina y un grupo de portaaviones norteamericanos, con sus fuerzas navales de apoyo, han estado maniobrando en el Golfo Pérsico a pocas millas del territorio iraní, en espera de órdenes. Nuestro pueblo está a punto de cumplir 50 años de cruel bloqueo; miles de sus hijos han muerto o han sido mutilados como consecuencia de la guerra sucia contra Cuba, único país del mundo al que se aplica una Ley de Ajuste que premia la emigración ilegal, otra causa de muerte de ciudadanos cubanos, incluidos mujeres y niños; perdió hace más de 15 años sus principales mercados y fuentes de suministro de alimentos, energía, maquinarias, materias primas, financiamientos a largo plazo y bajo interés. Primero cayó el campo socialista y casi de inmediato la URSS, desgajada pedazo a pedazo. El imperio arreció e internacionalizó el bloqueo; las proteínas y calorías, bastante bien distribuidas a pesar de nuestras deficiencias, se redujeron aproximadamente un 40 por ciento; vinieron enfermedades como la neuritis óptica y otras; la escasez de medicamentos, igualmente bloqueados, se generalizó: solo como obra caritativa podían entrar, para desmoralizarnos; estos, a su vez, se convertían en fuente de compraventa […]