El presidente Alan García insistió en restar gravedad al reciente entredicho, -planteado por la irritación chilena ante la publicación de un mapa con la posición peruana en el diferendo marítimo.
Al mismo tiempo, Santiago envió de vuelta a su embajador aquí, Cristian Barros, a quien había llamado en consulta tras esa publicación, el pasado día 13.
El mandatario, que ensalzó la relación con Santiago al inaugurar un complejo aduanero en la frontera con Chile, dijo posteriormente en Pisco que las diferencias entre las dos naciones, que tendrán solución, no deben interrumpir su carrera al desarrollo.
Calificó las tensiones recientes como «una crispación de palabras» y destacó que sobre ella primó la «solidaridad humana», en referencia a la ayuda chilena, cuyo segundo envío fue traído ayer a Pisco por dos ministros de ese país.
A su turno, Barros sostuvo que nunca hubo tensión entre Lima y Santiago, aunque sí discrepancias y que su convocatoria a Chile tuvo como finalidad que presentara un informe, lo cual cumplió y por lo que está de regreso.
Agregó que los temas deben separarse y que ahora lo más importante es dar un espaldarazo al pueblo peruano ante la catástrofe y anunció la llegada de un tercer envío de ayuda de su país, consistente en 110 casas prefabricadas, un hospital de campaña, carpas y otros medios.
Lima, 23 de agosto 2007
Prensa Latina , 0, 24, 11