Nuevamente la Presidenta Bachelet entregó señales contradictorias sobre el impacto y oportunidad de la convocatoria de la CUT y lo que ella entiende por lealtades y apoyos a su gestión. No sólo el vespertino La Segunda tuvo la oportunidad de sentir esas señales difusas sobre el sentido exacto de las palabras de Bachelet sobre la coyuntura política del país antes y después de la movilización nacional de los trabajadores y organizaciones sociales, sino también más de un medio escrito y radial.
Estas señales difusas no son consecuencia de vocablos más o menos, son simplemente el claro reflejo de las variadas percepciones sociales y políticas que hoy se encuentran en el equipo ministerial, en contraposición a la única y ortodoxa voz en materia de dirección económica. Todo esto bajo la presión de una coalición de partidos que buscan incidir protagónicamente, haciendo más evidente una lamentable falta de liderazgo.
Como se ha dicho en este mismo medio, el país espera un mayor papel protagónico y de dirección efectiva de la Presidenta, lo que no se debe confundir con el rol mediático que de por sí tiene la primera mandataria. Con mayor razón ahora en que quedó demostrado el rol activo y el grito de cambio que demostró la CUT con su reciente llamado a movilización antineoliberal a lo largo de Chile. ¿Cuál será la respuesta?
En este sentido, el Gobierno retomará los nexos que acerquen a la organización multisindical, vía interlocutores directos, con La Moneda. Más aún, de sus asesores sale la iniciativa de producir una fórmula en que los dirigentes de los trabajadores se sientan parte activa del recién constituido Comité para la Equidad Social, ya que en la primera reunión muchos se preguntaron porqué no estaban ellos representados en esa instancia.
Respecto a las lealtades, por ahora el impasse de la Presidenta con su propio Partido han quedado superadas y cada día que pasa son más las voces que piden un ajuste ministerial para iniciar un nuevo tiempo en carteras claves y, de este modo, retomar los criterios políticos genuinos que hicieron que el electorado, mayoritariamente, apoyara un nuevo estilo de gobierno ciudadano.
En este punto se considera que las palabras de la líder de la Democracia Cristiana pidiendo lealtades ciegas al Gobierno, no son coherentes con la realidad ya que fue notoria la participación de la JDC y bases D.C. en las distintas movilizaciones a lo largo del país.
Si bien es cierto que fue un gran triunfo para el Ejecutivo la reciente primera aprobación a la Reforma Provisional en que Hacienda jugó un rol decisivo, también lo es el diseño que tuvo Interior en la mantención del orden público el día de la movilización nacional.
Es destacable que ante la magnitud de la Convocatoria y los hechos registrados esa misma noche en la periferia, la cuenta final sea menor a nivel de heridos y daños a la propiedad.
Este resultado no violento habla bien del Ministro del Interior que más que desplegar la fuerza bruta o la represión indiscriminada, se optó por evitar los enfrentamientos directos con los manifestantes. O, los ataques arteros como el sufrido por el Senador Navarro. Eso demuestra más que acción policial, odio incontenible!
Por Crónica Digital
Santiago de Chile, 3 de septiembre 2007
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