La encuesta gubernamental Casen es categórica, 1.066.454 trabajadores chilenos ganan menos o igual a un ingreso mínimo mensual legal líquido ($ 108.000). Ahora, sí se considera la remuneración de hasta dos veces el ingreso mínimo mensual líquido se llega a la dolorosa realidad que más de tres millones de los trabajadores ocupados del país perciben sólo hasta 216 mil pesos como sueldo.
Según las cifras entregadas por Mideplan y el Ministerio del Trabajo, el número de ocupados en 2006 llegó a 6.392.398 personas, de ellos, 4.893.634 personas son asalariadas, mientras que el total de no asalariados, debido a que trabajan por cuenta propia, llegó a 1.488.764 chilenos.
Estas cifras no solo justifican la necesidad de debatir en torno a establecer un piso mínimo de remuneraciones sino también, exige avanzar en la búsqueda de soluciones concretas a esta problemática de inequidad, de la cual se hizo eco la Iglesia Católica a través de Monseñor Alejandro Goic, al momento de plantear avanzar en la implementación de un sueldo ético para los trabajadores.
La encuesta trabajada por el gobierno durante el año 2006, se produce en condiciones favorables para nuestra economía: inflación de 3%, mayores ingresos fiscales producto del mejor precio del cobre e indicadores de desocupación por debajo de los dos dígitos. Sin embargo, los resultados dado a conocer hoy demuestran no solo las precarias remuneraciones de los chilenos sino que estas se agudizan, aún más, si se suma la mala educación de la población y las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
LA PEOR FÓRMULA
En Chile, ser mujer, joven y pertenecer a los estratos más pobres es la combinación perfecta para ser condenada a la discriminación y a la miseria.
La encuesta Casen señala en este punto que el 20,9% de las mujeres asalariadas gana menos de un salario mínimo líquido, en circunstancias de que en el caso de los hombres, solo el 9,2% estaba en esa condición.
Respecto de los jóvenes, ellos también tienen bajos ingresos: el 39% del tramo de 15 a 19 años obtiene ingresos menores al salario mínimo legal y el 42% menos de dos salarios mínimos legales.
En cuanto al ingreso promedio mensual de los asalariados del 10% más pobre de la población llegaba en 2006 a $ 91.553.
LA ESCOLARIDAD Y LA DIFERENCIA DE INGRESOS
Según explicó la misma ministra de Mideplan, Clarisa Hardy, a mayor escolaridad la brecha de ingresos entre hombres y mujeres crece ya que entre quienes no completan la educación básica la brecha es de 20%, mientras que entre quienes tienen su educación completa la brecha es de 36%.
En tanto, las diferencias de ingresos entre hombres y mujeres creció a medida que aumenta el nivel educacional. Es así como las mujeres con Enseñanza Básica ganan el 67,8% de los ingresos masculinos, mientras que las mujeres con Educación Superior sólo ganan el 61,4% de los ingresos de los hombres.
CONDICIONES DE TRABAJO
Respecto de las condiciones de trabajo, se precisó que el 79,6% de los asalariados hombres tienen contrato de trabajo, mientras que sólo un 72,6% de los asalariados mujeres tienen esa condición.
La no existencia de este vínculo formal afecta en particular a los jóvenes entre 15-19 años (42% sin contrato) y entre 20-24 años (22%) En el decil más pobre de la población, un 45% de los asalariados no tenía contrato de trabajo (que en el 2003 era de más de un 50%).
También se destacó un incremento en los ocupados que cotizan en el sistema previsional, ya que en 2000 lo hacían el 63,3% y en 2006 lo hace el 66,6%.
Asimismo, cerca de 4,3 millones de ocupados estaban cotizando, cifra que se compara con los menos de 3 millones que lo hacía en 1990.
Sin embargo, los segmentos de ingresos más bajos son los que menos cotizan en el sistema, porque el 54,6% del decil más pobre de la población sencillamente no lo hace.
Santiago de Chile, 6 de septiembre de 2007.
Crónica Digital
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