En un mensaje televisado, el mandatario informará esta noche del regreso a casa de ese contingente, enviado en enero último como refuerzo para combatir a la resistencia en esa nación árabe.
La iniciativa es anunciada dos días después de la comparecencia ante el Capitolio del jefe militar del Pentágono en Iraq, David, Petraeus, y del embajador norteamericano allí, Ryan Crocker, quienes fueron duramente cuestionados por la bancada demócrata y varios republicanos.
Ya los liberales expresaron que el retorno parcial no les satisface, y demandaron a la Casa Blanca un cambio de la estrategia para Iraq.
Esto es inaceptable para mí y para el pueblo estadounidense, señaló el líder de la Cámara alta, Harry Reid, quien consideró que el supuesto nuevo plan presentado por Petraeus es «lo mismo que ya tenemos».
Reid llamó a sus colegas conservadores a no respaldar las políticas del gobierno, al tiempo que adelantó que su partido presentará varias enmiendas sobre el tema.
En similar sentido se pronunció el senador Carl Levin, presidente de la comisión de Servicios Armados, quien estimó que Bush «piensa mantener el actual rumbo indefinidamente».
Ante las duras críticas, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, salió la víspera en defensa del proyecto de retirada parcial.
«Es bastante claro que no es una guerra sin final. Y de hecho, es una guerra que tiene en su punto de mira la victoria», manifestó Snow, un criterio no compartido por la opinión pública.
Washington, 13 septiembre 2007
Prensa Latina