En la ocasión, comentaron el libro el senador Camilo Escalona; Mireya García, dirigente de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Enrique Norambuena, en representación de la Fundación Memoria y Futuro.
El lanzamiento del libro (que puede ser adquirido a través del mail: memoriayfuturo@gmail.com) fue saludado por la propia Presidenta la República, Michelle Bachelet, a través de un mensaje en el que destacó el trabajo realizado por Juan Azócar (colaborador de cronicadigital.cl), por su importante aporte a la memoria histórica y a la reivindicación de los derechos humanos en Chile.
Camilo Escalona expresó que el autor del libro realizó un trabajo notable para recoger la historia de nuestros caídos.
El hizo un trabajo que tiene una delicadeza muy especial, porque buscó retratar a las personas, al compañero o a la compañera que murió o que desapareció, en un esfuerzo que es muy duro, muy crudo, porque son vidas humanas, pero él buscó retratarlas en sí mismas, buscó que fuera él o ella la persona. Pero con su compromiso. Es decir, buscó por ejemplo, que Juan Hernández ex dirigente de los liceanos industriales de Chile- fuera él y su lucha, su causa, su historia, su partido.
Síntesis del libro
Tras el golpe militar de septiembre de 1973, el país se enfrentó a un brutal ejercicio de represión a manos de agentes del Estado. Derrotado el Gobierno de la Unidad Popular, los nuevos dueños del país decidieron barrer, a sangre y fuego, con todas aquellas organizaciones comprometidas con la trayectoria política, social y cultural de la izquierda chilena.
Despejada la cuestión del MIR, la represión se orientó, ya desde mediados de 1974, hacia lo que quedaba del Partido Socialista. La represión a la organización en la que militó el Presidente Salvador Allende concluyó con la desarticulación total de su dirección interior, y con la desaparición de decenas de sus militantes y colaboradores: Ezequiel Ponce, Arnoldo Camú, Carlos Lorca, Víctor Zeréga, Ricardo Lagos, Eduardo Charme y Octavio Boettinger, entre otros. Idéntica suerte corrieron quienes desarrollaron su militancia en la resistencia, adscritos a otras expresiones de la dispersión socialista posgolpe: Alfredo Rojas, Claudio Thauby y Jaime Robotham, en la Coordinadora Nacional de Regionales, o Luis Muñoz y Manuel Tamayo, adherentes de la Comisión para el Consenso, capturados en Mendoza junto con el ex dirigente estudiantil Juan Hernández.
Pese a la importancia política e histórica de ese proceso, y más aún de sus implicancias humanas, no se ha realizado hasta hoy el justo homenaje a esos hombres y mujeres de la resistencia. Formados en aquel tiempo en que todos los vientos de la historia parecían apuntar a la revolución, con todas las particularidades que ese proceso pudo adquirir en el país, les corresponderá jugar un rol protagónico y hasta ahora desconocido en la defensa de su organización.
Este libro es un intento por recuperar un trozo de una historia que aún no se escribe: el de los hombres y mujeres en la resistencia, que, incluso en la derrota y en medio del feroz terror dictatorial, se mantuvieron fieles a la promesa de jamás desertar.
Santiago de Chile, 5 de octubre 2007
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