Lo que se ha logrado hoy es producto de una lucha que se ha seguido por muchos años y que gracias a la constante preocupación de Chileactores, encabezada por Esperanza Silva y Liliana García se logró que el Gobierno y el Ministerio de Cultura pusieran el tema para efectivamente tener una ley que vele por estos derechos, declaró el diputado y actor Ramón Farías.
Los parlamentarios PPD, señalaron que el proyecto de Ley enviado por el Ejecutivo, ingresó a tramitación en junio de este año y contó con el apoyo transversal de la Cámara Baja.
A su vez, la diputada Ximena Vidal explicó que el sentido más profundo de este proyecto es recuperar, reforzar y sobre todo reconocer el trabajo de los artistas en nuestra sociedad. La valoración moral y ética del arte explicitada en el cobro de derechos se relaciona con la respuesta justa y necesaria para proteger adecuadamente a los trabajadores del arte, dijo la legisladora.
Para mi como actriz y diputada, continuó Vidal, ha sido un orgullo participar de este proyecto que permitirá al artista o intérprete ejecutante gozar de por vida del derecho a reivindicar la asociación de su nombre sobre sus ejecuciones o interpretaciones ejecuciones; y de oponerse a toda deformación, mutilación u otro atentado sobre su actuación o interpretación, que lesione o perjudique su prestigio o reputación.
El ejercicio de estos derechos será transmisible a los herederos del artista intérprete y ejecutante, que tengan el carácter de legitimarios. Estos derechos son inalienables, siendo nulo cualquier pacto en contrario.
Ramón Farías agregó que el artista intérprete y ejecutante de una obra audiovisual, incluso después de haber cedido sus derechos patrimoniales, tendrá el derecho irrenunciable e intransferible de percibir una remuneración por la comunicación pública y radiodifusión que realicen los canales de televisión, canales de cable, organismos de radiodifusión y salas de cine, mediante cualquier tipo de emisión, análogo o digital.
Hace no muchos años atrás, los canales de televisión realizaban sus contratos en los cuales los actores debían ceder todos sus derechos por un aplazo que en algunas oportunidades alcanzaba los diez años, lo que significaba que las repeticiones que se hiciera de sus trabajos no sería remunerado, lo que era un gran injusticia para los actores y las actrices, señaló Farías.
Finalmente los legisladores precisaron que si bien lo obtenido con este proyecto es un gran progreso, aún queda mucho por avanzar en materia de derechos y previsión de los artistas.
Valaparaíso, 5 de octubre 2007
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