La reunión se produce justo en los momentos en que la Presidenta Michelle Bachelet recurre a los uniformes para de alguna manera repuntar en los grados de popularidad que caen desde julio, un importante grupo de personalidades políticas se dieron cita en las Termas de Cauquenes a invitación del senador Pablo Longueira, gestor y líder de la Fundación Chile Justo.
La asistencia fue transversal y abarcó desde parlamentarios de la UDI y Renovación Nacional, pasando por la ministra Clarissa Hardy, el ministro Osvaldo Andrade, Francisco Vidal de TVN, el presidente de la CUT , Arturo Martínez, el empresario Juan Claro y, los alcaldes Carolina Plaza y Gustavo Hasbún, entre otros variados dirigentes.
Lo novedoso fueron las coincidencias no sólo del presidenciable de la derecha Sebastián Piñera, quien, junto al anfitrión, al inaugurar el seminario sobre políticas públicas para derrotar la pobreza y disminuir la inequidad social en Chile, dijo: queremos un Chile que sea capaz de aliviar el dolor de los más pobres, en otras palabras un Chile más justo. La reflexión de Longueira está en la misma línea de lo que viene planteando con insistencia la Iglesia Católica, encabezada por Monseñor Alejandro Goic, titular de Rancagua y presidente de la Conferencia Episcopal.
Precisamente es está posición, no sólo discursiva, lo que inquieta a varios asesores de la Presidenta, por la simple razón de que son estos temas de fondo los que de alguna manera está capitalizando con éxito un sector de la derecha, aquella más cercana a Palacio y que los distingue por mantenerse alejados de los escándalos financieros del clan Pinochet y otros altibajos relacionados con la corrupción. La ciudadanía percibe esta señal política como positiva, de mirada realista y con auténtica visión de país.
Lo debatido en las Termas de Cauquenes es un adelanto de cómo está diseñando la derecha su nueva estrategia prepositiva y comunicacional con miras a la elección presidencial. A diferencia del inmovilismo de la Concertación y la serie de descalificaciones y silencios cuando se plantea la próxima agenda sobre el o los candidatos a ocupar el sillón que dejará Michelle Bachelet, emerge esta derecha moderna y con ideas que nacen de las verdaderas vivencias de los ciudadanos y no remitidas sólo al caótico Transantiago que produce iritación diaria en Santiago.
Mientras tanto, a nivel gubernamental avanza la consolidación de un modelo económico que sigue produciendo riqueza al alto empresariado, que no genera condiciones para una distribución justa y camina inexorablemente hacia tasas de inflación cercanas al 7%, situación que castigará más directamente a los sueldos mínimos y a los pobres. Sin embargo, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, minimiza la situación y otorga nuevas concesiones al gran capital a pesar de la baja que registra la inversión externa.
Hoy en Palacio será tema de comentarios lo expuesto y discutido en Cauquenes. Se ha de reconocer que el Seminario trató una agenda sentida en el día a día por los chilenos. No por casualidad esta idea de mirar al país real fue varias veces propuesta a la Concertación por José Miguel Insulza en su última visita al país. Pero, por razones que se desconocen, una vez más, no fue escuchado este líder del oficialismo que tiene la capacidad y el coraje de enfrentar con argumentos sólidos a esta derecha novedosa, que sin duda, se apresta a conquistar el gobierno en la próxima contienda presidencial.
Por Iván Gutiérrez Lozano
Santiago de Chile, 8 de octubre 2007
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