Mientras en las calles de las ciudades afectadas continúan arrumadas millones de toneladas de escombros, buena parte de más de 300 mil damnificados siguen viviendo en carpas u otros albergues precarios o, peor aún, casi en la intemperie.
La fecha dio lugar a nuevos cuestionamientos al Fondo de Reconstrucción (Forsur) creado por el gobierno y entregado al manejo de empresarios, en el supuesto de que por ser tales serían más eficientes que la administración pública.
El presidente (gobernador) de la región de Ica, Rómulo Triveño, advirtió que su jurisdicción, la más afectada por el sismo del 15 de agosto, paralizará labores si hasta fin de mes Forsur no informa con claridad cuándo y cómo empezarán las obras de reconstrucción.
Trivelo exigió que el directorio de Forsur -del que forma parte- se reúna para que las autoridades regionales estén al tanto de su trabajo y demandó el retiro de los escombros, tarea que el presidente de Forsur, Julio Favre, alega que no le corresponde.
Las críticas fueron formuladas también por representantes de la sociedad civil y autoridades municipales, impacientes por la falta de salidas prontas a la grave situación social que afrontan.
Los señalamientos se extendieron a parlamentarios del gobernante Partido Aprista, pese al apoyo dado a Favre y a Forsur por el presidente, Alan García, y el primer ministro, Jorge del Castillo.
La parlamentaria oficialista Nidia Vílchez emplazó a Forsur a obtener resultados inmediatos, mientras su homólogo Edgar Núñez, también aprista, demandó que Favre se traslade a la zona afectada y deje de despachar en Lima.
Criticó el hecho de que Favre pretenda hacer la reconstrucción a la distancia y consideró que su presencia en el directorio, como la de otros empresarios ajenos a las zonas destruidas, no se justifica.
Por su parte, el empresario Eduardo Figari, miembro del directorio de Forsur, dijo que este organismo se ha dedicado hasta ahora a organizarse y a precisar la magnitud de la catástrofe.
Reiteró la promesa de mejorar las ciudades afectadas y dijo que la reconstrucción extenderá a toda la población los servicios básicos, como el de agua potable, tomará cinco años y demandará unos 500 millones de dólares.
Forsur ha enfrentado además conflictos internos que determinaron la semana pasada la renuncia a su directorio, del empresario Pedro Pablo Kuczynski, ex ministro de Economía, en medio de un intercambio de recriminaciones con Favre.
Kuczynski acusó a Favre de no trabajar organizadamente, de negarse a instalar su oficina en la zona del terremoto y de no escuchar siquiera opiniones ajenas.
Antes abandonaron el organismo los también empresarios José Chlimper y Henry Day, y Favre alega que la legislación que creó Forsur y la composición del directorio deben adecuarse a su visión de eficiencia.
El presidente de la región andina de Huancavelica, Federico Salas, cuyo territorio también fue afectado por el sismo, demandó que Favre -acusado además de ancedentes paramilitares- sea reemplazado, por su conflictividad.
Ante las denuncias de inacción y el clima conflictivo que vive Forsur, el comentarista Augusto Alvarez advirtió que el gobierno y los empresarios que lo apoyan se juegan su prestigio en la reconstrucción.
Lima, 16 de octubre 2007
Prensa Latina , 0, 40, 11