Los más observadores, sin embargo, notarán también unos puntitos en el Océano Pacífico: son las diminutas islas chilenas, una de ellas, Isla de Pascua, por poco alcanza este año el titulo de Maravilla del Mundo por sus intrigantes âmoaisâ .
Pero, en realidad, ahí no termina Chile: en el borde inferior de esos mapas, casi siempre impreso con el color blanco de la eterna nieve, hay un amplio territorio Antártico, el Polo Sur, habitualmente ignorado por los medios.
Las fronteras chilenas del Antártico han sido periódicamente cuestionadas por otros países que aspiran a dominar una de las últimas reservas de recursos naturales, pero la más reciente reclamación británica âun millón de kilómetros cuadrados- desató la polémica.
El Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet respondió serena y diplomáticamente, recordando la plena vigencia del Tratado Antártico de 1959, firmado por varios países, Gran Bretaña incluida, que señala a esa región como reserva de la Humanidad para la ciencia y la paz.
Alrededor del Polo Sur hay un centenar de estaciones científicas de 20 países.
Más recientes convenios internacionales, como los de Madrid y Nueva Zelanda, ratificaron ese espíritu, según expertos chilenos, que âno obstante- consideran que el anuncio británico fue hecho más bien para establecer precedentes en futuras reclamaciones.
El canciller Alejandro Foxley anunció que Chile llevará su rechazo ante la Comisión de Límites Externos y Plataforma Continental de Naciones Unidas.
La circular masa de hielo, cuya superficie de 14 millones de kilómetros cuadrados se duplica en invierno y llega a albergar el 80 por ciento del agua potable del mundo, cuenta con una población que varía entre mil y 10 mil personas, según el clima.
El territorio chileno de esa frígida región del planeta es un estrecho triángulo isósceles, entre grandes expansiones reclamadas por Argentina y Gran Bretaña, así como también por Francia, Nueva Zelanda, Noruega y Australia.
Más allá de la diplomacia, pero sin que se pueda comparar con la llamada âGuerra de las Malvinasâ de 1982, entre Argentina y Gran Bretaña, la reclamación británica de ese territorio provocó diversas reacciones en distintos ámbitos del país.
Por ejemplo, inmediatamente después de la reclamación británica, el diputado Jorge Tarud, miembro de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, sostuvo una reunión con otros seis parlamentarios en la base Presidente Frei Montalvo, en el denominado âcontinente blancoâ .
Tras ese viaje le solicitó al Gobierno la inmediata designación de un Gobernador para la Antártica, âno como hoy que hay un gobernador para la provincia Antártica que está ubicado a más de mil kilómetros de distancia, en Puerto Williamsâ , reclamó.
Por otro lado, se informó que la Armada Chilena reabrirá la base antártica Arturo Prat, cerrada hace cinco años por falta de presupuesto, tarea que podría demorar dos años, ya que por razones climáticas sólo se puede trabajar durante el verano.
Ubicada en la isla Greenwich, en las Shetland del Sur, a unos 3,700 kilómetros de Santiago, la base -inaugurada en 1947- fue la primera que Chile tuvo en ese continente helado.
Según el jefe de la III Zona Naval, contralmirante Edmundo González, el proyecto en realidad es fruto de conversaciones iniciadas en febrero, pero algunos medios chilenos leyeron el anuncio como respuesta a los británicos.
El ministro de Defensa, José Goñi, por su parte, insistió en que el país llevará a la Antártica diversos programas de desarrollo ministeriales, que incluyen las áreas de ciencia y tecnología e investigación científica.
Los medios chilenos van llevando la cuenta del nuevo interés por âese territorio heladoâ , ubicado mucho más al sur de Punta Arenas, y en ese sentido señalaron que el Gobierno busca âejercer soberaníaâ con visitas de delegaciones de alto nivel a la zona.
Aparte de la mencionada sesión parlamentaria, también se prepara una expedición científica, conformada por destacados miembros chilenos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU.
El Gobierno no precisó la fecha de esa misión âque se espera se haga antes de fin de año-, pero dijo que llegará al llamado âPolo de la Inaccesibilidadâ , para realizar una investigación con radares de alta definición y establecer las condiciones de los glaciares.
Y, aunque planificada con anterioridad a la polémica, se espera que también el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, visite ese territorio a comienzos de noviembre para conocer de cerca su deterioro ambiental.
Invitado por la mandataria chilena a la Cumbre Iberoamericana, Ki-Moon, viajaría al antártico acompañado de Bachelet, siempre que su agenda se lo permita, según adelantó Foxley.
En todo caso, ya ese triangulito blanco al final del mapa no es tan desconocido como lo era hace unas pocas semanas.
Por Jorge Luna*. El autor es Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Chile.
Santiago de Chile, 4 de noviembre 2007
Crónica Digital/PL
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