Cuando sus principales beneficiarios son las minorías adineradas y no la gran mayoría de los chilenos, surge inevitablemente el siguiente cuestionamiento: ¿Qué rumbo está tomando nuestra democracia?
La democracia representativa ya no satisface muchas interrogantes de quienes nos denominamos seudos ciudadanos nótese que esta observación la hago a partir de las posibilidades reales que tenemos hoy los ciudadanos de opinar y participar en las grandes decisiones que nos afectan a todos.
El concepto de democracia pierde toda su esencia cuando los ciudadanos no hacemos oír nuestra voz en el debate público, más aún, cuando los escuchados terminan siendo los más fuertes y los más violentos.
Cuando no se impiden los abusos o nuestros trabajadores se pliegan a los requerimientos de las transnacionales sin mayores cuestionamientos. Cuando hemos llegado a un punto en que el ciudadano común siente desafecto por la política e incluso, no confía en sus políticos. Los representantes parecen muy distanciados de sus representados.
Las funciones y los recursos del Estado han sido disminuidos en beneficio del mercado. ¿Estaremos confundiendo ciudadano con consumidor o será que en nuestra sociedad moderna la democracia en las instituciones y su desarrollo han logrado finalmente atrofiar las prácticas democráticas?
El sociólogo británico Colin Crouch expresa notablemente lo que ha denominado posdemocracia: El concepto de posdemocracia nos ayuda a describir aquellas situaciones en las que el aburrimiento, la frustración y la desilusión han logrado arraigar tras un momento democrático, y los poderosos intereses de una minoría cuentan mucho más que los del conjunto de las personas corrientes a la hora de hacer que el sistema político las tenga en cuenta; o aquellas otras situaciones en las que las élites políticas han aprendido a sortear y a manipular las demandas populares y las personas deben ser persuadidas para votar mediante campañas publicitarias.
¿Nos quedaremos con los síntomas de esta posdemocracia o haremos algo por fortalecer el sistema de gobierno en el que todavía muchos creemos como principal plataforma de la equidad social a la que aspiramos?
Por María Teresa Cortés. Instituto Jorge Ahumada. Colaboradora de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 16 de noviembre 2007
Crónica Digital
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