Solamente en 1959, fue firmada internacionalmente la Declaración de los Derechos Humanos de la Niñez, que 30 años después se transformaría en la Convención sobre los Derechos de la Niñez.
Los marcos legales de protección de la infancia son válidos y deben ser festejados como una victoria en defensa de los derechos humanos. Mientras tanto, un estudio realizado por el investigador Paulo Pinheiro, para las Naciones Unidas, a fines de 2006, muestra que todavía hay muchos niñas/os sin sus derechos respetados en el mundo entero.
Datos de la Organización Mundial de la Salud revelados por el estudio estiman que, en el mundo, cerca de 150 millones de niñas y 73 millones de niños sufrieron algún tipo de violencia sexual. Se calcula que, anualmente, un millón de niñas y niños son inducidos al mercado sexual.
«La explotación sexual Comercial es un modo muy grave de vulnerar los derechos humanos de la infancia y de la adolescencia. Atenta contra su integridad, su dignidad, su desarrollo, afectando severamente múltiples derechos, como por ejemplo, su derecho a la protección contra todas las formas de violencia, su derecho a la salud y a la educación, su derecho a vivir con una familia y su derecho a la justicia y, a veces inclusive, el derecho a la vida», revela Pinheiro.
De acuerdo con el estudio, la falta de datos para formular las investigaciones es uno de los principales villanos en el combate de la violencia contra los niñas/os. «Lo que ocurre es que no hay datos suficientes o tenemos unas modalidades más difíciles de visualizar, como lo son la utilización de niñas/os para la prostitución en medios virtuales o contactados por celular», dijo Luz Stella Cárdenas, directora de Renacer, organización Colombiana que atiende a niños y niñas en situación de Explotación Sexual.
Según las investigaciones el mayor número de víctimas se concentra en las poblaciones más pobres. Fenómenos como desplazamientos y migraciones forzadas, como consecuencia de conflictos armados, violencia o desastre natural, son factores que propician que familias enteras pasen a vivir marginadas urbanística y socialmente. Los riesgos de convertirse en víctimas de la explotación sexual comercial son todavía mayores para las niñas, especialmente las que migran sin compañía.
La violencia intrafamiliar también es un factor de gran incidencia entre los niños. El estudio aclara que un trabajo realizado en 21 países, en su mayoría desarrollados, encontró que entre el 7% y el 36% de las mujeres, y entre el 3% y el 29% de los hombres afirman haber sufrido algún tipo de agresión sexual durante su infancia y la mayoría dice haber ocurrido dentro del ámbito familiar.
El estudio destacó también la asociación entre la explotación sexual y el hambre. Según el investigador, madres e hijas que van hasta las plazas en busca de alimentos desperdiciados, quedan sujetas a una «ley de intercambio» creada por comerciantes locales, que ofrecen comida a cambio de la práctica de relaciones sexuales. También son vulnerables a la cruel ley las vendedoras ambulantes que reciben propuestas de compras a cambio de relaciones sexuales.
Un factor de gran riesgo para los niños latinoamericanos se encuentra en el crecimiento del turismo sexual en la región. La característica básica del turismo sexual es la transitoriedad de los visitantes, lo que les permite abstraerse de cualquier restricción moral y permanecer anónimos. En este tipo de turista, no encajan sólo los extranjeros. Según el estudio, los conductores de camiones y transportistas que viajan por las carreteras del país son uno de los grupos que más usan y promueven la explotación sexual de niñas/os, lo que ocurre dentro del propio vehículo o en los destinos donde paran para descansar.
Sao Paulo, 21 de noviember 2007
Adital , 0, 56, 8
