La propia compañía dijo a la prensa que «un cierto número de acciones tuvieron lugar al mismo tiempo, con el daño a cables de la línea de TGV del este del país, y un incendió que dañó 30 kilómetros de señales en el oeste de la red».
De tal forma, se dan retrasos de hasta tres horas en la salida en los servicios nacionales e internacionales, pese a que este miércoles se reanudaron las conversaciones entre sindicatos, empresas y una representación del Estado.
Didier Le Reste, líder de los ferroviarios de la Central General de Trabajadores (CGT), calificó de «cobarde y vandálico» ese tipo de acción que, subrayó, «no se corresponde con el espíritu y el sentir de nuestro paro».
El punto discordante principal que mantiene una huelga de transportistas por octavo día consecutivo, aunque ligeramente disminuida, son las reformas a los regímenes especiales de jubilaciones del segmento público.
A estas protestas se sumaron ayer los estudiantes, que bloquearon totalmente 44 de las 82 universidades públicas del país, ante el temor que una nueva ley termine privatizándolas.
Asimismo, entre 350 mil y 700 mil empleados públicos, según cifras divergentes de la policía y los sindicatos, salieron a las calles en una gran manifestación que provocó hasta altas horas de la noche enormes embotellamientos en París y otras ciudades.
De hecho, las perturbaciones en el metro y los trenes urbanos de las principales urbes francesas mantienen hoy en crisis la circulación de vehículos, además de provocar numerosos accidentes en las vías.
Paris, 21 de noviembre 2007
Prensa Latina , 0, 41, 2